La cárcel de La Victoria y sus talentos urbanos
EN SANTO DOMINGO: La música no conoce el bien ni el mal. Para muchos, es algo más que una combinación de melodías, ritmos y líricas en los cuales los artistas emiten sus ideas envueltas en acordes. Para otros, es más que vida, como es el caso de los internos en la cárcel de La Victoria.
Una buena parte de los jóvenes que allí conviven hacinados y sometidos a una vida controversial se inician escribiendo sus propias canciones sobre sus experiencias entre las rejas y las injusticias de la calle, junto a mensajes de superación, fe o esperanza.
Una buena parte de los jóvenes que allí conviven hacinados y sometidos a una vida controversial se inician escribiendo sus propias canciones sobre sus experiencias entre las rejas y las injusticias de la calle, junto a mensajes de superación, fe o esperanza.
Juan Santiago, conocido artísticamente como Shaddy.com, es un ejemplo de esto. Antes de ingresar al mencionado recinto penitenciario, realizaba conciertos “a barrio lleno”, junto a otros exponentes del género urbano. A pesar de estar hoy día encerrado entre cuatro paredes, ha continuado escribiendo.
“Hay momentos en los que uno se siente tan extraño que no sabe cómo comenzar a hacer las cosas, entonces me llega la musa y comienzo a escribir para no sentir que estoy perdiendo el tiempo”, dice.
Experiencias
El exponente considera que, contrario a la imagen que muchos tienen respecto a la cárcel de La Victoria, el panorama no siempre es sombrío. Hay actividades positivas que hacen los reclusos y que se deben conocer.
“Existen muchas cosas aquí para ofrecer. Quien quiere progresar debe esforzarse por ser una mejor persona. Para lograrlo tiene que incluirse en las actividades del penal”, expresa.
Sostuvo que hay muchos terminando sus estudios y haciendo cursos técnicos. En su caso, también aprende artesanía en el taller habilitado en el centro para tales fines. “Yo estudio artesanía, además de escribir y cantar, pues en este lugar hay que mantenerse con la mente ocupada”, sostiene Shaddy.com.
En carpeta tiene muchos proyectos para este nuevo año, los cuales pretende concretar en compañía de Darwin Fulgencio, ‘Woky Toky’, quien al igual que él, escribe sus propios temas.
Esperanzas
“Otro día que me levanto a las 8:00 de la mañana, vivo todos los días y hasta se me va la gana’, quiero estar en mi goleta, pero pa’ el conteo me llama un policía y tengo que pararme de mi cama. ¡Bendición!, un día más de preocupación, de no estar con mi hijo ni de estar en mi habitación, pero a mí préstame atención que soy el que lo está pasando, el que no tiene ni uno, aquí va’ a viví’ raneando, y le cantan uno a 30, dos a 15 y yo a dieta (10), para ser preso preventivo no me detuve y seguí en pie”. Así reza una de las canciones de Fulgencio, quien en la cárcel ha encontrado una gran inspiración.
Estas letras forman parte de un rap de ‘Woky Toky’, quien fue estudiante de término de Publicidad mención Diseño Gráfico en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), antes de ingresar a prisión, en el 2010.
A pesar de tener una trayectoria artística desde 2007, este joven continúa escribiendo y cantando con más fuerza desde su celda. Dice que el mejor espacio para escribir es en un ambiente de paz, y no hay nada mejor como la madrugada para que ese niño creativo salga del cuerpo, entiende.
Señala que ha cantado con varios exponentes del género urbano como “El Sónico”, “Cricrí” de la ‘Top Dollar’, “Sadan” de los Ranyer, “Sensato” y otros más. Según cuenta, ser reo le ha traído varios efectos negativos con la música, pues grabó canciones con ‘Black Point’ y ‘Toxi Crow’ y no pudo lanzarlas.
Este intérprete de ritmos urbanos, a pesar de las vicisitudes que supone la vida en prisión, se siente feliz, porque desde que entró ha sentido el apoyo de sus compañeros, en especial de Julio Restituyo y Mixter Gero.
También se gana la vida tatuando a los internos. Para el futuro, ‘Woky Toky’ desea avanzar y también abrir su propio local de tatuajes, junto a otros colegas del mismo centro penitenciario. Así como estos integrantes del género mencionado, que hoy se ven privados de libertad, en la cárcel de La Victoria, existen muchos otros que hoy son recordados por lo que llegaron a hacer con la música urbana desde la cárcel, entienden.
Por Solángel Ortega Reyes
“Otro día que me levanto a las 8:00 de la mañana, vivo todos los días y hasta se me va la gana’, quiero estar en mi goleta, pero pa’ el conteo me llama un policía y tengo que pararme de mi cama. ¡Bendición!, un día más de preocupación, de no estar con mi hijo ni de estar en mi habitación, pero a mí préstame atención que soy el que lo está pasando, el que no tiene ni uno, aquí va’ a viví’ raneando, y le cantan uno a 30, dos a 15 y yo a dieta (10), para ser preso preventivo no me detuve y seguí en pie”. Así reza una de las canciones de Fulgencio, quien en la cárcel ha encontrado una gran inspiración.
Estas letras forman parte de un rap de ‘Woky Toky’, quien fue estudiante de término de Publicidad mención Diseño Gráfico en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), antes de ingresar a prisión, en el 2010.
A pesar de tener una trayectoria artística desde 2007, este joven continúa escribiendo y cantando con más fuerza desde su celda. Dice que el mejor espacio para escribir es en un ambiente de paz, y no hay nada mejor como la madrugada para que ese niño creativo salga del cuerpo, entiende.
Señala que ha cantado con varios exponentes del género urbano como “El Sónico”, “Cricrí” de la ‘Top Dollar’, “Sadan” de los Ranyer, “Sensato” y otros más. Según cuenta, ser reo le ha traído varios efectos negativos con la música, pues grabó canciones con ‘Black Point’ y ‘Toxi Crow’ y no pudo lanzarlas.
Este intérprete de ritmos urbanos, a pesar de las vicisitudes que supone la vida en prisión, se siente feliz, porque desde que entró ha sentido el apoyo de sus compañeros, en especial de Julio Restituyo y Mixter Gero.
También se gana la vida tatuando a los internos. Para el futuro, ‘Woky Toky’ desea avanzar y también abrir su propio local de tatuajes, junto a otros colegas del mismo centro penitenciario. Así como estos integrantes del género mencionado, que hoy se ven privados de libertad, en la cárcel de La Victoria, existen muchos otros que hoy son recordados por lo que llegaron a hacer con la música urbana desde la cárcel, entienden.
Por Solángel Ortega Reyes