Impacto de la corrupción en la institucionalidad del Estado.
La primera mitad del siglo pasado, y sobre todo, en la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, fue una época de esplendor en lo que se refiere al desarrollo del capitalismo en la Republica Dominicana. Nunca antes en la historia dominicana se construyeron tantas aulas escolares, hospitales, edificios públicos, viviendas, sistema viales, acueductos, así como también diversidad de fábricas destinadas a la producción de mercancías.
Fue el resultado del auge económico de la época. Simultáneamente con la bonanza económica se destapa con fuerza y con violencia el proceso de acumulación originaria de capitales en la República Dominicana, llevado a cabo en principio, en la persona de Rafael Trujillo, de esta manera, porque este sustituyo en la apropiación de capitales, a lo que podríamos llamar la burguesía dominicana de esos tiempos, porque en definitiva, él tenía la prerrogativa de decidir cuantas cosas debían hacerse en el país.
Fue el resultado del auge económico de la época. Simultáneamente con la bonanza económica se destapa con fuerza y con violencia el proceso de acumulación originaria de capitales en la República Dominicana, llevado a cabo en principio, en la persona de Rafael Trujillo, de esta manera, porque este sustituyo en la apropiación de capitales, a lo que podríamos llamar la burguesía dominicana de esos tiempos, porque en definitiva, él tenía la prerrogativa de decidir cuantas cosas debían hacerse en el país.
De este modo, a la sazón presidente de la república, con la apropiación de las empresas del Estado y con el estableciendo de gravámenes a la producción y la exportación de mercancías, Rafael Trujillo, acumula una gran fortuna. Pionero en la acumulación originaria de capitales
Ahora cabe destacar, que mucho tiempo antes a lo que acontecía en el país, los efectos de la Revolución Francesa recorrían el planeta con las burguesías europeas motorizando el cambio y la revolución industrial, al tiempo que implementaban el proceso de la acumulación originaria de capitales, valiéndose del recurso de la plusvalía del trabajador y del saqueo a ultramar de las riquezas de los países.
En la República Dominicana este proceso comienza siglos después, alcanzando su apogeo, como habíamos expresado, en la primera mitad del siglo pasado, con la singularidad, de que la mayor fuente de los recursos acumulados procede del Estado. Práctica ancestral usada por Rafael Trujillo y los gobiernos que les sucedieron. Modos de adquirir capitales, que no solo gravitan negativamente en los actuales aspectos instituciones y jurídico del país, sino que también limita al Estado de los recursos de todas índoles para la implementación de políticas sociales y de desarrollo.
Entonces, la acumulación de capitales procedentes de las arcas del Estado es sinónimo de corrupción, es el modo predilecto usado por la clase política, vale decir, políticos empresarios y la burguesía nacional para apropiarse de los recursos del Estado. ¿Y cómo lo hacen?
Veamos: los recursos económicos para proveer a los paridos políticos procedían del sector privado, otros tantos, tenían fuentes públicas atravez de exoneraciones impositivas y demás, limitados exclusivamente a los momentos electorales. En cambio, en el 1997 mediante la reforma de la ley electoral las organizaciones políticas comienzan a recibir cientos de millones de pesos del erario público de modo permanentemente, todos los años, con incrementos en los procesos electorales, sin ser fiscalizados y desconociéndose su destino. Evidencia de corrupción
También, el clientelismo político desde el Estado, es otra modalidad de corrupción, expresada en los acuerdos electorales a lo interno de los partidos y con otras organizaciones políticas, así como también con el sector empresarial; se consignan acuerdos en base al reparto de las instituciones y los recursos del Estado. En medio de las negociaciones las obras a construir son sobreevaluadas
Otra manera de acumulación originaria de capitales y riquezas de la burguesía y políticos empresarios, es el tráfico de influencia y la firma de contratos onerosos con el sector empresarial local e internacional con sus consecuencias perjudiciales en desmedro del patrimonio nacional.
De modo pues, que en el contexto de lo explicitado, es de asumir que estas actividades ilícitas impactan en los estamentos institucionales y jurídicos del país y son objeto de perturbaciones medulares en el desarrollo y el desenvolvimiento de las instituciones del Estado.
POR ISMAEL BATISTA