Habichuelas con dulce en el paladar boricua‏




San Juan, Puerto Rico. Como inmigrante en ésta la isla del encanto y mirando que cada día se  casan y se mezclan más dominicanas y puertorriqueños y viceversa, tenia siempre la curiosidad de saber si en semana santa, nuestro plato tradicional de ésta temporada las preferidas "Habichuelas con dulces", eran  consumidas por esposas, esposos, boricuas e hijos puertorriqueños.

Tal fue mi sorpresa al entrevistar a varias boricuas, aquí sus opiniones.

Al entrevistarlos, aquí sus expresiones:

 

Javier Reyes, gerente de Sistemas del Banco Santander, en la isla, dijo que "Me gustó la novedad, jamás imaginé que las habichuelas se podían comer dulces, con batatas y leche, me encantan ésas mezclas de sabores, ya hasta aprendí hacerlas, mirando a mí esposa, es excelente plato", dijo.

 

Por su parte, Carmen Cortijo, indicó " Nena, claro, pero me gusta la de lata son sabrosas, no la que hacen en casa". 

 

Igualmente  opinó Zoe Peñaloza, quien apuntó "Mi ex, esposo las hacía y me enseñó, siempre las hago en casa,  son deliciosas".

 

Igualmente el Director de la oficina de relaciones con la comunidad y de los consejos comunitarios de seguridad de la Policía de Puerto Rico, el agente Andrés Bruno, manifestó “La mejor habichuelas con dulce me la comí en Enriquillo Barahona, me encanta la mezcla y los sabores de la batata, las habichuelas y la leche, son únicas”.

Pensé que a los puertorriqueños no les gustaba este plato, por la mezcla de sus ingredientes, como leche de coco, leche evaporada, azúcar, canela, pasas, batatas, mantequilla, pizca de sal, galletitas de leche y habichuelas blanditas, pensé que no, que a nadie que no fuera dominicano, no moría por probarlas fría o caliente.

Hacer una gran olla de éste postre distintivo de la cocina dominicana, es como recordar que estamos allá en nuestra tierra, en nuestro barrio, campo, municipio, sector o región, donde se elabora con algunas variaciones, como por ejemplo en la capital y en el Cibao se comen con los granos enteros, en tanto que en la región sureña, en muchos hogares prefieren las habas con dulce, aunque les salga su amarguito.

Decir habichuelas con dulce, es llamar a un junte seguro de familiares, vecinos, compatriotas y amigos, donde se deleita éste plato culinario que se han obtenido pocas informaciones sobre ese apetitoso manjar que se saborea durante la cuaresma y la pascua, sin dejar de ser una bomba al estomago,  ningún ser viviente de la tierra de Juan Pablo Duarte, se resiste a no probarla, aunque sea por juntarse a jugar unas manitas de dominó, escuchar bachatas, comer pescado con coco y mero frito, olvidando algunos su espera de la amnistía migratoria. 

Porque el asunto es reunirse, pasarla bien, muy a pesar de los futuros dolores de barrigas y los inminentes gases anales, fruto de la fuerte mezcla de ésos pesados ingredientes, como dicen muchos boricuas, sin tapujos. “Ustedes los dominicanos, tienen unos inventos al cocinar bien raros, pero me encantan sus habichuelas guisadas con sal, su país, su cerveza, playas, sancocho y su gente alegres y hospitalarias, pero habichuelas con dulce, nena, no entiendo ésa mezcla”. Mientras, el lunes todo vuelve a la normalidad acides y con dolores de barrigas.

Por Dominga Valdez.
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