Dolorosa migración en el campo dominicano
EN SANTO DOMINGO: Para el Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), una de las migraciones más dolorosa en nuestra historia, resulta actualmente de las grandes cantidades de ancianos, personas enfermas y otras más, que están dejando los campos dominicanos, viéndose obligados con profunda tristeza a dejar atrás sus casas, sus jardines y sus cosas añoradas en las que pasaron toda su vida, al no encontrar protección y no tener la fuerza para defenderse del ruido enfermizo, inmisericorde y sin control que hoy en día ha invadido a las zonas rurales del país.
Conforme a evaluaciones del CRD, este triste y penoso panorama, lo ha originado cientos de discotecas abiertas en enramadas y otras edificaciones en forma improvisadas y sin control en los campos, destruyendo la paz y hasta el sagrado derecho a dormir de sus habitantes y sus visitantes.
Conforme a evaluaciones del CRD, este triste y penoso panorama, lo ha originado cientos de discotecas abiertas en enramadas y otras edificaciones en forma improvisadas y sin control en los campos, destruyendo la paz y hasta el sagrado derecho a dormir de sus habitantes y sus visitantes.
Entiende, que perjudicialmente la tecnología ha puesto en manos de personas sin cultura y sin el debido concepto de lo que debe ser el respeto a los derechos de los demás, poderosos equipos de sonidos, que además de convertirse en armas mortales son destructores del medio ambiente.
Dentro del correcto encauzamiento de soluciones efectivas a dichas problemáticas, es su parecer, que al país debe proponerse aumentar los niveles de conciencia, en torno a que la música después de cierto volumen es sumamente dañina, de tal forma que ha sido utilizada hasta como arma de guerra, como resultó el caso de Panamá en que los norteamericanos la emplearon como instrumento para sacar a Noriega de su refugio y hacerlo preso, siendo el resultado, de que conforme al principio de interferencia de las ondas, cuando dos o más ondas se encuentran en un punto, sus efectos se suman y se convierten insoportables, no solo para los humanos sino también para los demás seres vivientes.
Dada la realidad expuesta, llama a que nos expliquemos, qué podemos esperar en nuestros campos donde no hay un sindico, estación de policías, un Ministerio de Medio Ambiente y un 911 a quien llamar, cuando de repente discotecas que bordean las casas que alojan familias y en ellas a personas ancianas y enfermas, ponen sus músicas a niveles intolerables
Para el CRD tan enojosa situación, que además de robar la paz al campo y a sus habitantes, está convirtiendo a los mismos en lugares no aptos para el descanso y para vacacionar, requiere procurar que se erradique la indiferencia con que se trata su urgente solución.
Como medios correctivos, sugiere que la Liga Municipal, los Ayuntamientos, la Policía Nacional, los ministerios de Medio Ambiente y Salud Pública unidos a otros organismos, deben procurar trabajar en la dirección que ha marcado el 911, mientras llegan los equipos y la tecnología del 911 a los pueblos y sobretodo a sus áreas rurales, al efecto, colocar en ellas grandes pancartas junto a una adecuada campaña para concientizar sobre tan graves problemas y sus consecuencias, además, de asumir los controles y las reglamentaciones que están a su alcance para la debida erradicación de los altos ruidos y la contaminación ambiental que afecta actualmente a nuestros campos.
Debemos encauzarnos por el camino que nos traza el Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), para hacer vivibles tanto nuestros campos como los demás sectores marginados o no marginados de nuestra nación, procediendo en dicho propósito, que nuestras autoridades municipales y nacionales conjuntamente con nuestras entidades políticas y sociales, asumir como una de sus principales tareas, proteger la salud física, mental y espiritual sin excepción de todos los componentes de la sociedad dominicana. /acento.com.do/.
POR ODONEL GOMEZ ROJAS