VALORAMOS LO NUESTRO CUANDO LO PERDEMOS
Cuando el cantante Rafael Alcántara (Raffo) deambulaba por las calles de Barahona con problemas mentales, casi nadie le hacía caso y muchos se burlaban de su penosa condición, pero cuando este murió trágicamente, toda Barahona lo sintió, lloró y rindió tributo.
Esta misma situación fue manifestada por el pueblo barahonero al también cantante César Durán (El Hijo del Pueblo), fallecido el sábado de la pasada semana, tras padecer serios problemas de salud.
Cuando al Hijo del Pueblo se le amputó una de sus piernas a causa de la diabetes que padecía, muy poco se arrimaban a el para estimularlo moralmente y regalarle un par de pesos, que sí los necesitaba. Al igual que a Raffo, casi nadie le hacía caso y muchos de burlaban de su penosa situación.
No obstante, Durán por su condición de humilde y el amor que sentía por su pueblo, nunca tomó esto en cuenta y siguió sin cesar alegrando a la gente, interpretando sus canciones bachatas, con lo que se sentía grandemente complacido. "Me place llevar la alegría a mi gente a través de mis canciones", comentó en una ocasión El Hijo del Pueblo al autor de este trabajo, mientras compartíamos tragos en una vivienda del sector Palmarito, hace ya un largo tiempo.
A Raffo y a Durán en vida, nunca ninguna institución ni organización, ni nadie en particular, los distinguió con los reconocimientos que estos merecían como cantantes humildes de su pueblo.
Si no estamos equivocados, fue la alcaldía municipal que le otorgó una pírrica pensión a César Durán que no le alcanzaba para nada, y que Eddy Matos Vásquez u otro funcionario que le diligenció la obtención de una prótesis. De esto no estamos seguros, por lo que cualquier persona que sepa de esto puede hacer la aclaración al respecto para darle cabida en Noticiario Barahona.
Cuando murió Yaqui Núñez del Risco, se le quiso hacer un gran reconocimiento, pero uno de sus hijos con toda razón, rechazó la idea por considerar que los homenajes su padre los necesitaba en vida, no muerto, con lo que siempre estuvimos de acuerdo
No dude nadie que el Hijo del pueblo desde su tumba, y con razón, esté maldiciendo a los sectores, organizaciones, instituciones y personas en particular, que le rindieran muerto tanto tributos. "Yo los necesitaba vivo, no muerto", debe estar comentando César Durán desde su tumba.
Lamentablemente, en nuestra Barahona se reconoce y rinde grandes homenajes y tributos a las personas que desde diferentes áreas hicieron grandes aportes a nivel local, regional, nacional e internacional a su pueblo (Barahona), cuando ya yacen en la tumba triste y fría, no en vida, cuando en realidad es que lo necesitan para disfrutarlos con sus familiares. Este es una costumbre que hay que dejarla de lado para siempre.
Por Juan Francisco Matos.
El autor es Miembro del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP), Carnet, Número: M1-144.
