Una amenaza que debe alertarnos
Los periodistas y opinantes que estamos en desacuerdo con la migración de haitianos indocumentados hacia República Dominicana, pero de alguna forma rechazamos el que se desnacionalice a los nacidos en República Dominicana hacen décadas; debemos mantenernos aguzados y alertas.
La pública amenaza de muerte contra los periodistas, Juan Bolívar Díaz, Huchi Lora y demás por presunto prohaitianismo y “traición a la patria”, podría ser extrapolada a todo el que coincida con sus ideas con respecto a los dominicanos con ascendencia haitiana.
El fanatismo ensordece y enceguece y, aunque tanto Huchi como Juan Bolívar, coincidentemente, es posible que tengan alguna ascendencia originaria de Santiago- dicho esto sin intención de maniqueísmo alguno-, podríamos deducir que nuestra historia registra los mayores asomos de extranjerismo y entreguismo, en esa región norteña. Claro, no se puede involucrar a todo el mundo.
Esto último resulta paradójico, porque aunque muchos de estos acojan con beneplácito a descendientes de árabes, turcos, orientales, españoles y demás, no toleran en nada quien tenga que ver con Haití. En consecuencia podrían tener más encono con infelices haitianos que con los españoles colonizadores y evangelizadores que diezmaron a nuestros aborígenes.
En resumidas cuentas, lo perverso y retorcido de nuestro país, no sólo proviene del vapuleado y profundo sur, y menos en materia xenofóbica y migratoria. De otro lado, Huchi y Juan Bolívar debieran aclarar contundentemente que ellos, al margen de sus aristas culturales, tienen un extranjerismo muy peculiar al que tienen pleno derecho.
Nos explicamos, mientras algunos acogen como ciudadanos, entre otros, a concupiscentes figuras, entre ellos narcotraficantes, artistas europeizados y demás, ellos han decidido reclamar como bueno y válido que los descendientes de haitianos que si nacieron hace mucho en República Dominicana, tengan el mismo derecho.
Porque una cosa es cuestionar ciertos capítulos irregulares con respecto al tema migratorio como lo han hecho estos reconocidos periodistas, y otra es, llegar a lo absurdo de retorcer la
Constitución, alegando que los dominicanos nacidos en el país descendientes de haitianos indocumentados desde el 1929 a la fecha, se les niegue la nacionalidad. Aclaramos que, aunque algunos de nuestros hijos nacieron en Estados Unidos, no se les aplican las normativas constitucionales migratorias de República Dominicana. Es decir, aunque sean de ascendencia dominicana, no es su responsabilidad el haber nacido en Norteamérica, y pueden optar por el jus solis o la tierra de sus progenitores.
Lo cierto es, que desde ya algunos opinantes se refieren al asunto indicando que el grupo de comunicadores amenazados, están de acuerdo con el negocio de la migración ilegal de haitianos. Y, tal vez en el exterior lo afirmen algunos que también penetraron a tierras extranjeras sin poseer documento alguno. A nuestro juicio, como indocumentado, porque ningún ser humano es ilegal, aunque incurra en ciertos ilícitos.
El fanatismo que han inoculado sectores dominantes que nunca han hecho nada por el bienestar del país, sólo coadyuvar con la corrupción, pueden, con su arsenal de intolerancia, permear en círculos adocenados y corruptos, pero que paradójicamente suelen preciarse de patriotas y apegados a la soberanía. ¡Extraña práctica de lo que debe de ser un nacionalista y patriota!
Por todos estos asuntos, hasta ciertos puntos inextricables, se debe alertar a todos los sectores que coincidan con las ideas sobre la haitianidad que enarbolan Juan Bolívar Huchi y demás.
Porque el pedimento de muerte que contra ellos hiciera un individuo en Santiago, que se dice es médico de profesión, lo que es peor, podría generar cualquier pretexto, y un fanático asumirlo como una orden ineluctable. Hay que estar alerta ante cualquier confuso asesinato contra cualquier periodista u otro ente contestatario de la República Dominicana. /almomento.net/.
Por Fernando A. De León
EL AUTOR es periodista, directivo del CDP en Nueva York, donde reside.