El «arte» de asesinar a cuatro maridos, once hijos y dos amantes sin levantar sospechas
Esta enfermera británica, que envenenó mortalmente a 21 personas y murió en la horca en 1873, es considerada la primera asesina en serie de Gran Bretaña. Antes de que Jack «El
Aunque no alcanzó la fama del «El asesino de Whitechapel», el currículo criminal de Cotton supera al de su inmediato prdecesor, tras asesinar a 21 personas, incluyendo a sus cuatro esposos, 11 hijos y dos amantes.
Según diversos estudios, la enfermera inglesa acabó con sus víctimas sin ningún tipo de compasión ni remordimiento, y, aunque los motivos no han quedado del todo esclarecidos, lo cierto es que el cobró de los seguros de vida de sus esposos podrían estar detrás de todos estos asesinatos cometidos a lo largo de décadas.
Muertos de «fiebre intestinal»
Su modus operandi era sencillo. Años después de casarse con William Mowbray cuando apenas tenía 20 años y tener cinco hijos, cuatro de ellos murieron por la conocida «fiebre intestinal», mientras estaban instalados en Plymouth
Hasta ahí no había nada que sospechar. En la época victoriana, muchas personas morían antes de cumplir los 20 y no eran pocos los niños que no superaban el primer año de vida a causa de la insalubridad y las enfermedades. Entre ellos, la «fiebre intestinal» era la causa más de
muerte más común.
Pero las muertes en el entorno de Mary Ann Cotton no se detuvieron ahí. Tras las cuatro primeras muertes tuvo otros tres hijos más, dos de los cuales también fallecieron de «fiebre intestinal», a los que siguió más tarde su marido, dejándole un seguro más que cuantioso.
Cobro de los seguros de vida
La «Viuda negra», como se la conocería después de conocer sus crímenes, se cambió entonces de ciudad con sus hijos, los que hasta ese momento habían sobrevivido. Pero una de ellas, enfermó repentinamente y también murió
A partir de ese momento, los crímenes de Mary Ann Cotton no tuvieron freno, hasta que la Policía comenzó a sospechar tras atar una serie de cabos en torno a ella: muchas muertes, demasiadas deudas, algunos seguros de vida cobrados, una causa de muerte única.
Tras Mowbray se casó, en 1865, se caso con George Ward, cuya rápida muerte hizo levantar algunas sospechas entre los médicos que le atendían en el hospital: las complicaciones estomacales que presentó eran ajenas a su mal original. Pero no le dió tiempo a más.
El asesinato de su séptimo hijo
Con el seguro de Ward, conoció a su tercer esposo, James Robinson, con quien tendría otro hijo, que se convirtió en la siguiente víctima.
Fue éste, su tercer marido, el que comenzó a sospechar de la mujer de la que se había enamorado tras descubrir el trágico destino de sus predecesores y las enormes deudas que ellas acumulaba. En 1866 moría (también) en extrañas circunstancias.
Su último marido sería Frederik Cotton. Un hombre viudo, cuyos dos hijos pasaron a formar parte de un matrimonio que no muy largo. Frederik Cotton, de quien heredó el apellido con el que ingresaría a los registros del crimen, y sus pequeños fallecieron rapidamente víctimas de la misma enfermedad.
También amantes
Cansada de la formula del marido, Mary Ann Cotton, con el seguro cobrado tras asesinar a su cuarto y último marido, tuvo otros entonces dos amantes y más hijos, todos con el mismo final.
Fue tras el asesinato de una de sus 21 víctimas, mientras atendía en un hospital, cuando se produjo el final de la carrera criminal de Mary Ann Cotton.
Esta muerte levantó un gran revuelo en los periódicos locales. A pesar de que el veredicto inicial fue que el niño había fallecido de muerte natural, descubrieron los trágicos finales de sus cuatro maridos y de más de una docena de niños que había cuidado anteriormente, todos muertos de fiebres estomacales.
El médico que había asistido al niño volvió a examinar las muestras que había guardado, las cuales dieron positivo en arsénico. Mary Ann fue arrestada por la Policía y acusada de asesinto después de exhumar el cadáver de la víctima.
Un jurado la sentenció a la horca el 24 de marzo de 1873. Casi 20 años y más de 20 víctimas. ¡Casi nada!
Destripador» se convirtiera en un mito a causa de los múltiples asesinatos cometidos en el distrito londinense de Whitechapel, una aparentemente inocente enfermera ya había escrito una de las páginas más sangrientas de la crónica negra británica. Su nombre, Mary Ann Cotton, la primera asesina en serie de Gran Bretaña.