A 42 años de su muerte, Caamaño y sus compañeros viven
EN BARAHONA, (República Dominicana): Este 16 de febrero se cumplen 42 años del asesinato del Coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó y de la mayoría de los guerrilleros que llegaron por playa Caracoles, que combatieron junto a él por la libertad de la República Dominicana.
Caamaño comandante de la guerra civil de abril del año 1965, convertida en Guerra Patria tras la invasión norteamericana del 28 de abril del mismo año, había sido extrañado del país a Londres, como agregado militar, pero se fue a la clandestinidad para seguir la lucha.
Se volvió a saber de Caamaño en La Habana Cuba, con la seguridad de muchos de sus compañeros y la inseguridad de la mayoría del pueblo dominicano.
Algunos de esos compañeros, tal vez la mayoría se rajaron, sólo su avanzada del grupo Amaury, Los Palmeros o 12 de enero, vinieron a preparar las condiciones para la llegada del líder de abril, pero también los enemigos los distanciaron.
Otros desde aquí, corrieron al llegar el momento de la verdad, se escondieron, dijeron que Caamaño no había llegado, lo que mantenían después de su muerte, factor que incidió en el pueblo para evitar su movilización.
Al cumplirse el 42 aniversario de su asesinato y acercarse el 50 aniversario de la guerra de abril de 1965, los verdaderos dominicanos, los hijos de Duarte, Luperón y Caamaño, tenemos que seguir firmes en la defensa de sus ideales y de nuestra querida República Dominicana.
Por eso los excombatientes de la guerra de abril convocaron a una misa con el padre Marcos, en la Catedral Nuestra Señora del Rosario de Barahona, llenándose la capilla habilitada para tales fines.
El sermón religioso y patriótico del padre Marcos y las Palabras del combatiente Niño Guzmán, dejaron a los asistentes el corazón henchido de emoción y más a Berto Batista Cobatiente de la guerrilla de Manolo, Teseo Ramírez, combatiente del 14 de Junio y de mil batallas, Peluñé, Alberto, Domingo Vietnan, Camalindo,La Chata, Praede, Yobai, Chongo, y otros lihados a la lucha.
Los hombres y las mujeres presentes en la misa, quieren dejar constancia de que para todos a 42 años de su asesinato, Caamaño y sus compañeros viven.
POR PRAEDE OLIVERO FÉLIZ