Teuddy maestro, hermano y amigo‏


Al cumplirse un mes de la partida física de mi hermano y amigo Teuddy Ariel Sánchez, sigo sintiendo su presencia y haciendo por él y por los de él, todo lo que me corresponde en las calidades dichas y como abogado de su familia.


Trabajo para que su dimensión de comunicador pueda aquilatarse, para que ocupe el lugar que le corresponde, no sólo en la historia de Barahona, sino de los comunicadores de la región, del país y del mundo, como el ícono que es entre nuestros periodistas y comunicadores.

He pedido a varios familiares y amigos de Teuddy escribir para ayudar a contar esa historia rica de su paso por este mundo terrenal, la que estoy recogiendo en un libro; su hermana Hildeana ha preparado un acróstico, Alfredo López ha escrito sobre su vida estudiantil y política, espero el escrito de Alejandro Santana sobre su vida gremial, de Otilio Agramonte sobre ciertas vivencias y de otros he tomado todo lo que han escrito ante esta partida sin previo aviso.

Afirmo de manera categórica, que Teuddy Ariel Sánchez fue un maestro, no sólo por su inclinación y estudio de la pedagogía, sino porque vivía enseñando, corrigiendo, instruyendo, preparando a otros para el trabajo en las comunicaciones, facilitando las pasantías de los estudiantes de comunicación social en la face final de la carrera.

A mí que me gusta escribir mucho, con contenido y hablar, en el plano de la escritura, frente a un artículo que debió dividir en varias entregas, como le hacía a Matos Pérez, a Santos y a otros, me sugirió una teoría, que documento con la opinión de varios entendidos en la matería, me dijo: “Pra, trata de escribir cada artículo de diez párrafos y cada párrafo de diez líneas”. De inmediato me traja a la memoria a mi amigo Ramón Emilio Colombo y sus escritos breves, siguiendo esa  instrucción desde ese momento, combinando la publicación de esos artículos, copilados en un libro.

Otro tema recurrente entre Teuddy y yo era su libro sobre la historia de la radio en Barahona, había buscado mucho material, creo que los últimos se los pidió al profesional del micrófono, aquí y allá Alsy  Pimentel, una de las mejores voces de una provincia que las tiene por montón y muy buenas, que en ocasiones ha arropado el espectro radiofónico del país y más allá. Tengo el compromiso de terminarlo, con la ayuda de nuestros locutores y comunicadores y con Alsy hacer la corrección y publicarlo.

Del maestro resalto, como lo hice ante su tumba, su apertura, espíritu  democrático, objetividad y pluralidad, más allá de los límites. Recuerdo que la última queja sobre artículos que no le publicaban en Ecos del Sur me la dio Beni Pichardo, lo monte en mi vehículo, lo llevé a la casa de Teuddy y le dimos la queja, respondió alabando la amistad entre ambos, cuando jugaban baloncesto, el respeto recíproco, pero que no podía publicar loto lo que le llegaba con la velocidad que le pedía el que escribía y en el caso le había publicado varios artículos, vino la risa y el entendimiento.

De la hermandad tengo tantos ejemplo, que no caben en este artículo, en uno anterior conté algo; pero quiero referir intencionalmente que planeamos reunirnos él, sus hermanos Ohelmis, Hildeana, su madre Miladys y yo para buscar solución a un problema familiar que se ha hecho público, llegando a las manos del magistrado Ulises Guevara. Por Teuddy clamo por la solución.

De la amistad infinita, tengo tanto que hablar, que no puedo hacerlo en este escrito, más quiero referir su último cumpleaños que celebramos en familia, en ese estrecho círculo, en un restaurant, de manera austera. El primer cumpleaño de mi ahijado Fidel Ernesto casi lo impuse, le dije que esas fotos teníamos que guardársela al niño para que las vea cuando sea grande y me complació en lo que fue su última fiesta, la última reunión de los más íntimos con él, pues al cumpleaños de Teuddy Ariel Sánchez Matos no fue, llevé al niño con el resto de la familia a cenar, pasar no pasar por alto el acontecimiento.

Teuddy Ariel Sánchez me distinguía  y quería tanto como yo lo distinguía y quería a él, a veces pensaba por mí y yo por él, hacía noticias a mi nombre, publicidad, me publicaba todo lo que le enviaba, me sorprendió en diciembre cuando vi en Ecos del Sur una publicidad navideña y al preguntarle de donde salió me dijo que me la mandó a preparar y la publicó y en todo esto no intervenía el dinero, que es lo más hermoso. Ohelmmis me dijo que aprendió a quererme al ver como yo quería a su hermano Teuddy, que para mí es el maestro, hermano y amigo.

POR PRAEDE OLIVERO FÉLIZ
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