Un mensaje a la conciencia.
Frase que etiqueta una inmensidad de consejos a la población mundial el llamado hermano Pablo (fenecido ya), religioso estadounidense de abundante prestigio, para bien y mejora del diario vivir del ser humano, en diferentes vertientes, como si imitara al maestro de maestros, nuestro señor Jesucristo, quien además con su gran ejemplo en el discurrir de su corta vida, de la cual usó buena parte de ella en aprendizaje y mejora de sus conceptos, nos imaginamos que en sus 18 años perdidos de rastro suyo y usar los últimos en labores de enseñanzas que de mucho le han servido a la humanidad, creyentes o no.
Nuestro país en estos días, próximos además de la fecha de nacimiento de nuestro Mesías, carece significativamente de mensajes que lleguen a la conciencia de los ciudadanos, sobretodo de los de arriba, los que dirigen la administración pública y privada, estos mensajes deben llegar a los que dirigen estamentos fundamentales como lo son las cortes ó altas cortes, porser las que conocen el final de las instancias, esos organismos y sobre todo la conciencia de cada uno ó una, tienen que hacer un acto de reflexión, tienen que detenerse a pensar en su país, en ellos mismos, en sus hijos, los que los tengan, en sus familiares y además, en el entorno en que seguirán viviendo. Así como un simple ciudadano empleado tiene que pensarlo dos veces y terminar rechazando la lisonja, rechazando la canonjía que se le ofrece a cambio de su inacción ó prevaricación, el alto incumbente de la las más altas instancias tienen que desoír las presiones de grupos y personas, si las hay, (se denuncia y evidencia que existen), que de alguna manera requieran sus actos de agradecimiento.
Sabemos que en sociedades poco institucionales como la nuestra, en la que adolecemos de instituciones fuertes, en las que se confunde la democracia por la “demos gracias” se da de todo y en estos momentos, de escándalos de corrupción, sobre todo de la administración anterior, en los que los procesos judiciales son objetos de cuestionamiento poblacional, y… este último es el factor que deben comenzar a considerar, las poblaciones y más la nuestra, muestran su paciencia por largo tiempo y cuando se hartan, cuando se rebosa la copa, se comportan como gran riada, cuyo caudal orientado por la acción de la gravedad sigue su curso hacíale equilibrio no importa muro ni valladar.
“Lo mucho hasta Dios lo ve”, reza un dicho popular, y la actitud asumida por las altas instancias y miembros de las mismas, tomando posiciones que la población conjuga con viejas militancias y relaciones que se pudieran calificar de lisonjeras están a la orden del día en estos momentos, las evacuaciones de sentencias en el tribunal electoral, con lo que a todas luces se desguaza el partido mayor del país y de la oposición, las sentencias y resoluciones graciosas a favor de Miguel, socio evidente del benefactor, la sentencia final que perjudica al dirigente Gómez Mazara y ratifica la convención de tiros, que lo menos que viola es la ley electoral que obliga a una convocatoria por lo menos 3 días antes de la selección de un candidato presidencial no deja otra conclusión. Reflexionemos, distinguidas autoridades, que la vida y la patria tienen que continuar, más no así para siempre las personas en los cargos, hay procesos de la vida que tienen que continuar, y quien haya metido la pata ó la mano, deben responder, recordemos la frase que acuña nuestra población que establece “que tanto embromó Lucifer con una pulla, hasta que le sacó a su hijo un ojo”, estamos a tiempo de eso evitar,..!Reflexionemos conciudadanos!
Nos inscribimos entre los que creen que no todo está perdido, que por doquier hay figuras sanas y de capacidad de reflexión, que ejerzan el poder de las minorías con su rechazo a cada ignominia, no importa la proporción minoritaria que constituimos, al final será conjugada con el inmenso poder que representa la mayoría del pueblo dominicano, lo decía el profesor Juan Bosch, maestro poco imitado, “hay un poder mas grande que las bombas aplicadas a Hiroshima y Nagasaki, que es el poder de la opinión pública mundial”, termina la cita.
POR JOSE ANTONIO MATOS PEÑA.