Idioma cuatriboliao No.7: Mono, coco y algo más‏


"el cocoié" (así se pronuncia), guaguancó de Celia y Pacheco, muy pimentoso por cierto, tanto así que a pone a bailar a cualquiera como el "massa massa" de Francis Santana en la década del 50, a quien Trujillo casi tranca por tocarlo en una fiesta que se daba en su honor. De eso se salvaron los Imperials (ver video en you tube). Del "cocoié" pasamos al coco, lo único en el mundo que se seca con el agua, calma la sed, mitiga el hambre mediática y se destaca por sus usos industriales y gastronómicos.


Dicen por ahí que no hay cosa más sabrosa que ligar ron Macorís con agua de coco, fría o con hielito; un dulce de coco con su canelita; el coco con leche de la famosa dulcería Las Marías, en Baní, mi segundo hogar, pues papá se enamoró de mamá en un viaje que ella hizo a Barahona donde siete hermanos nacimos y crecimos. El coco es una versátil fruta tropical cuyo planta (cocos nucifera) es la preferida de la Cígua Palmera, nuestra Ave Nacional. El coco es una especie de palmeras de la familia Arecacae. La planta puede encontrarse en la orilla de playas tropicales arenosas del Mar Caribe, Océano Indico y Pacífico.

Aunque usted no lo crea la planta forma parte de nuestro folclor, donde se destacan las famosas "matas de coco" en la playa de Boca Chica, lo que hace del árbol o mata de coco el único árbol del mundo que nace despacio en tierra firme y de forma abrupta en el mar Caribe debido a la "generosidad, gracia y esplendor" de alegres de dominicanos que veneran a Baco (Dios del vino) en compañía de voluptuosas taínas que corean "mata de coco, mata de coco", entre algarabías, aplausos y miradas de evidente sorpresa o disimulo.

Para los que llevan anotaciones, hay que destacar la inteligencia del primate (mono) a la hora de partir del coco. Por algo fueron los primeros en surcar los cielos en el siglo XX. Cómo diablos supo el mono de la existencia del "agua y tela (copra o masa) de coco" protegidas por una fuerte corteza (jícara) que asemeja el acero, además de la gruesa y dura cáscara que la recubre? Bueno...primero coge una piedra y el resto es historia, lo que podría interpretarse como el primer descubrimiento empírico en el mundo (A.C.), seguido de la teoría de evolución de Darwin.

Partiendo de ahí es rara la diferencia entre el mono y el hombre. El mono vive entre árboles, pero no sube a la mata de coco (no es pendejo, se da cuenta de que es muy alta). Del hombre se dice que "tiene los pies sobre la tierra", sin embargo basta consultar Wikipedia para ver a un hombre usando sus pies para subir a una mata de coco. El mono espera que caiga el coco mientras que el hombre sube a la mata para tumbarlo. El día que veamos un mono con un vaso en la mano tomando agua de coco Telemicro tiene que regalarle un apartamento amueblado...y un carro!, por si las moscas.

El mono merecería ese derecho si tomamos en cuenta que a diferencia del hombre tuvo el privilegio de ser el primer astronauta que investigó el espacio sideral. Entonces que alguien me explique por qué el hombre ignoró al mono cuando alunizó en 1969 y dijo: "Un pequeño paso para el hombre pero un gran paso para la humanidad", si es el hombre, no el mono, quien da grandes pasos para subir a la mata de coco, mientras que el mono ni movió el dedo gordo del pie derecho en las alturas siderales.

Parecería que a partir de ese instante es donde comienza la rivalidad o diferencia entre el mono y el hombre pues mientras el mundo evolucionaba todavía Adán y Eva no existían. La teoría de la evolución de Darwin, o el génesis bíblico, nos ilustran sobre el mundo y nuestros antepasados. Pero para no entrar en discusión sobre una cosa o la otra no solo es válida la evolución del mundo y del mono sino también la evolución del hombre tan pronto comenzó a subir a la mata de coco por la renuencia del mono de seguir el mismo trecho. Primero que el hombre, ahí fue donde el mono se dio cuenta que el cielo estaba muy lejos y que lo conquistaría primero que el hombre, como así fue.

También hay que distinguir al coco por sus grandes aportes a la psiquiatría por el hecho de que hay miradas que tumban cocos. Basta ponerse detrás de alguien y mirarle fijamente para que voltee la cara, o que Trujillo lo mire fijamente, "como puente sobre río de aguas turbulentas", para que el "observado" sienta la caída del coco a miles de kilómetros de distancia, y aún así, por si acaso, tenga tiempo de salirse de debajo de la mata para que el coco no le rompa la cabeza, al menos que sea terco o desconfiado.

Las escuelas debieran enseñar el amor por el coco, la flora y la fauna para que el hombre dominicano evolucione con responsabilidad patriótica, aunque esto suene un poco extraño. Primero declarar al coco como Fruta Nacional pues ya tenemos la Cigua Palmera como Ave Nacional. En una ocasión (Idioma cuatriboliao No.5: me tiene chivo) dije que debieran declarar al chivo como Animal Nacional. Digo esto si nos llevamos por lo que publica el comentarista deportivo Bienvenido Rojas, por lo que quizás no sería tan descabellado promover en las escuelas el amor por el coco, la flora y fauna. 

Dice Bienvenido: "En la sociedad dominicana los grupos sociales, son dados a la división, y eso lo vivimos a diario en las juntas de vecinos, orquestas, partidos políticos y hasta en los grupos de oración, por eso cuando una empresa, como el Atlético Licey cumple 107 años, merece más que un aplauso. Las 23 coronas es el mejor aval para gritar con más fe que el "tigre de bengala no es jícara de coco".("107 años no es jícara de coco". Diario Libre. 8/11/2014)

Yo cambiaría esos señalamientos de la siguiente manera: "En la sociedad dominicana los grupos sociales, son dados a la división, y eso lo vivimos a diario en las juntas de vecinos, familias, orquestas, partidos políticos y hasta en los grupos de oración, por eso cuando una empresa, como la República Dominicana cumple 170 (lo inverso de los 107 de Bienvenido) años de Independencia, merece más que un aplauso. Esos 170 años de independencia es el mejor aval para gritar con más fe que "La República Dominicana no es jícara de coco".

Digo esto en protesta contra la defensa teórica de nuestra nacionalidad y soberanía en el plano nacional e internacional (desde 1929 hasta nuestros días) que ha sido incapaz de poner freno a la inmigración ilegal masiva haitiana. También contra la injerencia nacional (aunque parezca raro) y extranjera que atenta contra nuestra soberanía.

 Así como el corazón de la jícara de coco es tan dura como el acero de igual manera tuvieron corazones aquellos defensores prácticos de nuestra nacionalidad y soberanía, comenzando con los Padres de la Patria. Es un imperativo construir un muro fronterizo y la carretera que lo bordea para recuperar la dignidad perdida, por un lado, y  luego realizar proyectos de inversión (públicos y privados) para desarrollar la zona fronteriza, con la ayuda internacional de ser preciso.


Por Luis Eduardo Díaz Franjul
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