Hoy es un gran día‏


La aprobación por los diputados de las observaciones presidenciales al Código Penal marca un punto de inflexión en la cultura política y social dominicana.

El camino ha sido arduo y todavía no termina, pero el recorrido está lleno de lecciones de una trascendencia inestimable. Destaca una entre todas: el Poder Legislativo, quizá por primera vez de manera manifiesta, no ha cedido a las presiones, cuando no abierto chantaje, de grupos sociales ávidos de control de nuestra vida ciudadana y personal.

Las malintencionadas distorsiones del propósito del presidente Danilo Medina al observar la ley, son prueba incuestionable de hasta dónde estos grupos adolecen de déficit democrático.

Sus discursos, por lo general malamente camuflados en dogmas de fe religiosa, hablan el lenguaje del autoritarismo más cerril. No aman la vida –esa que se expresa en la plena realización de las capacidades humanas, y no solo en el estar biológico—: quieren constreñirla, hasta ahogarla, al inventario de sus obsesiones. Invocarla como valor es un medio para sus fines.

En esta perdida batalla, sus criterios y opiniones omitieron sin reparo a  la persona de carne y hueso, en este caso las mujeres, cuya humanidad redujeron a mero depósito de simiente.

Huérfanos de argumentos que lograran convencer, o por lo menos hacer dudar, echaron mano de recursos extremos. La amenaza con desfavorecer electoralmente a los diputados y diputadas que respaldaran las observaciones fue uno de ellos, pero no el más patético. Quizá sí el más inútil. Tampoco pudieron acallar las voces, cada vez más numerosas, de quienes rechazan continuar como convidados de piedra de la historia.

Nuestra vida republicana no abunda en experiencias de contestación social, y eso hace más lento el andar colectivo hacia una convivencia no regida por prácticas deshumanizantes en cualquier orden. Pero no hay que desesperar, aunque en ocasiones no podamos evitarlo: los procesos sociales de cambio duradero son siempre de cuenta larga.

Hoy es un gran día para las mujeres, pero también para el conjunto de la sociedad. Hay que celebrarlo con alborozo.

POR MARGARITA CORDERO, DIRECTORA /7DIAS.COM.DO/.
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