Sepultarón a los hermanos López Méndez‏


EN MOCA. Fueron sepultados la tarde de ayer en el cementerio municipal de aquí los hermanos Omar y César Alejandro López Méndez, abatidos a tiros durante un enfrentamiento con agentes policiales en una vivienda del kilómetro 24 de la Autopista Duarte, Pedro Brand, la madrugada del pasado sábado y quienes eran buscados desde hace varios meses por la supuesta comisión de diferentes crímenes, robos y atracos.


Amigos y familiares de las víctimas impidieron a los reporteros gráficos, camarógrafos e incluso periodistas cubrir el velatorio que se realizó en la casa-club de los profesores de la comunidad Monte de la Jagua, donde residían con sus padres: la sicología Cecilia María Méndez y el productor agrícola Oscar López.

El entierro fue pospuesto en dos ocasiones, como forma de evadir la presencia de los reporteros y en varias ocasiones jóvenes iban al cementerio a percatarse de que ya no había reporteros o medios de prensa esperando el funeral. Los sepultaron pasadas las 4:00 p.m.

Opiniones divididas

Residentes en este municipio expresaron opiniones divididas sobre el comportamiento social de los occisos, ya que unos creen que formaban parte de una banda, pero otros dicen que no, y que muchos de los casos que les endilgan las autoridades policiales, ellos no eran responsables.

Todos los que emitieron opiniones pidieron que no se les tomaran fotos ni se les citara por sus nombres.

Según la Policía, los hermanos López Méndez o mejor conocidos como "Los Mocanitos", fueron los autores de las muertes de por lo menos cinco personas, entre ellas un oficial del Ejército, un haitiano y otros civiles, en hechos ocurridos desde el 2012 hasta la fecha.

Además, los responsabilizaban de las heridas que sufrieron un sargento mayor de la Policía y tres agentes de los denominados SWAT mientras intentaron apresarlos en un residencial de la ciudad de Santiago.

Rechazo total

Los padres y allegados a los occisos rechazaron dar declaraciones a la prensa, alegando que los medios de comunicación han sido muy sensacionalistas con el caso en cuestión.

Investiga acompañantes

PEDRO BRAND. Rodeado de niños y jóvenes que miraban su celular, Andrés Alcántara repasaba otra vez en el móvil las fotos que circulan en las redes sociales de los cuerpos ensangrentados de los hermanos López Méndez, quienes -según las autoridades- murieron en la mañana del sábado en un prolongado intercambio de disparos con la Policía.

"Del delincuente no me da mucha cosa, no", decía Alcántara, quien reside en el sector Eduardo Brito, donde los hermanos Omar y César López Méndez llegaron la noche del viernes a ocupar una vivienda en condición de inquilinos, acompañados de dos mujeres, dos niñas y otro joven.

Ambos estaban acusados de tener un amplio prontuario delictivo, entre ellos el asesinato de agentes del orden y civiles.

El jefe de la Policía Nacional, mayor general Manuel Castro Castillo, informó que la madrugada del tiroteo, en la parte frontal de la residencia donde ocurrió el intercambio de disparos, se encontraron las mujeres y las menores, quienes fueron rescatadas en medio de la escena.

Afirmó que investigan a las mujeres, cuyas identidades no reveló, para determinar el vínculo que pudieran tener con los muertos, y que éstas fueron trasladadas a la Dirección Central Norte de la Policía Nacional, quedando en manos de la Dirección Central de Investigaciones Criminales.

"En la parte frontal de la residencia dos mujeres y dos niños fueron rescatados no apresados. Dije que los adultos se están investigando para determinar lazos afectivos, compromisos (...) No están detenidos", recalcó.

Informó que se investiga al propietario de la residencia donde se encontraban los hermanos. Dijo que el dueño alega que los fallecidos alquilaron la casa y pagaron los depósitos, sin proporcionarle documentos de identidad.

Teófilo Cortorreal, cuya vivienda está al lado de la de los hermanos, recuerda que desde el techo de su hogar, el equipo de la Policía disparaba hacia el inmueble vecino, teniendo que guarecer a su familia en la sala. Contó seis balas que penetraron por la ventana de su baño, rompiendo espejos y una repisa.

Ayer, afuera de la residencia donde estaban los López, un grupo de niños recogía casquillos de balas, mientras curiosos salían y entraban de la vivienda, algunos lagrimeando por los efectos que aún sentían de las bombas lacrimógenas lanzadas por la Policía.
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