Encuentran un renacuajo con dos cabezas
Un renacuajo con dos cabezas no es un ejemplar muy común. De hecho, resulta bastante excepcional encontrarse con un animal como el que ha encontrado un equipo de investigación durante un estudio reciente. Pero, tal y como explican los científicos, que las larvas de los anfibios presenten deformaciones en esta parte del planeta es cada vez más común.
La especie concreta a la que pertenece el renacuajo es la salamandra de Israel (Salamandra salamandra subsp. Infraimmacullata), una variedad endémica de la salamandra común. Estos anfibios se encuentran en peligro de extinción debido a los motivos comunes: destrucción y contaminación de su hábitat.
La especie concreta a la que pertenece el renacuajo es la salamandra de Israel (Salamandra salamandra subsp. Infraimmacullata), una variedad endémica de la salamandra común. Estos anfibios se encuentran en peligro de extinción debido a los motivos comunes: destrucción y contaminación de su hábitat.
El problema es que en esta población es cada vez más frecuente encontrar individuos con deformaciones. Generalmente no son tan extremas como la de la protagonista de esta historia. De hecho, el renacuajo bicéfalo no vivirá mucho tiempo.
Pero salamandras con patas deformes o a las que les faltan, desde el nacimiento, algunas costillas ya son más habituales. Y también son una señal de peligro. Los anfibios se utilizan en todos los ecosistemas en los que aparecen como señales de alarma. Principalmente porque son de los primeros animales en mostrar problemas relacionados con la baja calidad de su medio.
Los sospechosos de estar causando un daño a las salamandras son los habituales en estos casos. La contaminación por productos químicos, cada vez más presentes en ríos y lagunas de Israel, provoca mutaciones que afectan al desarrollo de estos animales. Pero también la contaminación por radiación.
Otro factor es el tamaño de la población, que es muy bajo. A esto se le conoce como depresión endogámica. Como cada vez hay menos salamandras, son más frecuentes los cruces entre parientes. Y los parientes tienen composiciones genéticas parecidas. Al criar entre ellos, se hacen más frecuentes ciertas combinaciones de genes que provocan problemas de desarrollo.
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Para complicar las cosas, hay que tener en cuenta que los tres “peligros” funcionan en conjunto. La contaminación provoca mutaciones, que en una población mayor tendrían poco efecto. Pero al reproducirse entre parientes cercanos, se amplifican los efectos de dichas mutaciones.
No parece que la situación de la salamandra de Israel tenga una solución fácil. Pero al menos, aunque sólo sea por el hecho curioso de haber encontrado un renacuajo con dos cabezas, habrá más gente que esté al tanto.
/Fuenet: yahoo.es/.