El 4º Cuerpo Aerotransportado soviético‏



EN MOSCÚ: El 22 de junio de 1941, cuando los alemanes invadieron la URSS, los soviéticos disponían de las fuerzas aerotransportadas (Vozdushno desantnye voiska) más numerosas del mundo: cinco cuerpos aerotransportados (con 15 brigadas) y una brigada independiente. Estos cuerpos nacieron en la primavera de 1941 cuando se ampliaron cinco de las brigadas preexistentes.

Uno de ellos era el 4º Cuerpo Aerotransportado, formado por las brigadas aerotransportadas 8ª, 9ª y 214ª (cada una compuesta por cuatro batallones). Cuando terminó de organizarse, el 15 de mayo, contaba con unos 10.000 soldados escogidos mandados por oficiales afiliados al Partido Comunista y suboficiales pertenecientes al Komsomol, aunque no había recibido todo el armamento y el equipo que le correspondía. Asignado al Distrito Militar Especial Occidental (se transformó en el Frente Occidental), tenía su base en el aerodromo de Maryina Gorka.

Ante lo delicado de la situación, el cuerpo fue enviado al frente con urgencia empleándose como infantería a lo largo del río Beresina desde finales de junio y en los accesos a Smolensk durante julio y agosto. Entretanto, su brigada más experimentada, la 214ª, recibió órdenes de internarse en la retaguardia enemiga por tierra para retrasar el avance alemán, mientras compañías sueltas de su 4º batallón se lanzaban en paracaídas para demoler puentes o sabotear vías ferroviarias. A finales de septiembre, los superviventes del 4º Cuerpo fueron retirados del frente y trasladados al aerodromo de Engel, próximo a Moscú, donde recibieron reemplazos y se reorganizaron a la espera de nuevas misiones.

Durante los primeros compases de la contraofensiva soviética contra los invasores alemanes a las puertas de Moscú, la noche del 14 al 15 de diciembre de 1941, un batallón de la 214ª Brigada saltó en paracaídas cerca de la localidad de Teriaeva Sloboda para acosar al enemigo en su retirada. Sin embargo, al grueso del 4º Cuerpo se le reservó una misión de mayor alcance: cooperar con los frentes de Kalinin y Occidental en la destrucción del Grupo de Ejércitos Centro cortando las comunicaciones alemanas con la retaguardia entre Viazma y Smolensk.

La operación se inició el 27 de enero de 1942 con el lanzamiento de un batallón de la 8ª Brigada al suroeste de Viazma. Debido a la escasez de aviones de transporte PS-84 (la versión soviética del DC-3) y TB-3, el resto de la unidad fue llegando en sucesivas noches. Las dos brigadas restantes, debido a la falta de medios y a la desorganización reinante, debieron esperar hasta la noche del 17 al 18 de febrero para lanzarse al sureste de Viazma. Saltando desde una altura superior a la prevista a causa de la niebla y las nevadas, que también contribuyeron a desorientar a los pilotos, las brigadas 9ª y 214ª quedaron desperdigadas por una zona muy amplia.

Pronto fueron cercadas por tropas alemanas e, incapaces de cumplir su misión, debieron luchar por sobrevivir. Permanecieron en la retaguardia enemiga, soportando durísimas condiciones climáticas, hasta finales de junio de 1942, cuando los agotados supervivientes lograron alcanzar las líneas propias. De los 14.000 paracaidístas lanzados en la zona (en abril y mayo de 1942 se enviaron como refuerzo dos brigadas del recién creado 10º Cuerpo Aerotransportado) sólo regresaron 4.000.

En el verano de 1942, para hacer frente a la ofensiva alemana en el sur del frente, Stalin decidió transformar los cuerpos aerotransportados existentes (los cinco originales y otros cinco creados en la primavera de 1942) en unidades de infantería. El 4º Cuerpo pasó a ser, desde el 6 de agosto, la 38ª División de fusileros de la Guardia. Destinada al Frente de Stalingrado, terminó la guerra luchando en la Batalla de Berlín.

No acabó aquí la historia de las fuerzas aerotransportadas soviéticas. La Stavka, consciente de su importancia, continuó creando unidades de este tipo a lo largo de la guerra y ordenó, en septiembre de 1943, un importante lanzamiento de paracaidistas en Velikyi Bukrin para asegurar una cabeza de puente al oeste del Dniepr. La operación, preparada con precipitación, fue un rotundo fracaso e hizo perder a los soviéticos su fe en la utilidad de las fuerzas aerotransportadas para este tipo de misiones. Durante el resto de la guerra se limitaron a combatir en tierra.

/Fuente: ABC/.
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