Repitamos la fórmula anterior…‏


La república dominicana vivió hacen dos años vivió un proceso electoral lleno de tensiones y de posteriores especulaciones por los manejos abusivos de los recursos estatales, la forma de elección y escrutinios en donde muchos dominicanos creemos que los ganadores son los que mordieron el polvo de la derrota y los que disfrutan las mieles de  la victoria fueron los verdaderos vencidos por el electorado de forma mayoritaria.


Quiérase ò no, lo que fuere es pasado y de él, nos queda aprender de las experiencias para enmendar a futuro las cosas de la mejor manera, debemos recordar que las elecciones se declararon en un esquema de relativo empate, los candidatos de la oposición principal, ingeniero Hipólito Mejìa Domínguez y su acompañante vicepresidencial licenciado Luis Abinader marcaron un sólido y contundente 47%, mal contados, al decir nuestro, con un estado de compenetración y confianza entre ambos que deja raíces profundas entre ellos, que va más allá de lo que suele ser las de acompañantes de boletas electorales, entre ellos, quedó marcada una alianza imperecedera, con tan solo el hecho de que don Hipólito contra vientos y mareas mantuvo la palabra empeñada con Luis Abinader de llevarlo como compañero de boleta desde el proceso convencional, y… ¡lo cumplió!

Hipólito Mejìa, con excelentes condiciones para el momento político y gubernamental, pero con importantes años de edad, tiene todas las de ganar ahora, aunque no todas las de esperar, mientras que Luis Abinader, con gran desarrollo en el momento y todo el mundo por delante, sigue siendo el gran complemento para una fórmula electoral, que por las expectativas y un censillo análisis de los opositores electorales a ambos, tienen consigo todas las de ganar.

La convergencia nacional, frente de oposición electoral dominicano,  lista para ser encabezada por el partido revolucionario moderno, con importantes aportes electorales a nivel nacional y un firme pacto de compromisos gubernamentales, completa la carga electoral perdida con el despojo de las siglas partidarias originales, mayor aún, cuando es de dominio público, el trato de carácter político y al parecer económico entre el caudillo Leonel Fernández y el en miniaturas Miguel Vargas.

El deterioro del partido de la liberación dominicana, en proceso de agravamiento con la necesaria persecución de actos de desfalco y francachela del erario, los numeritos de aceptación del presidente de la república, los cuales reflejan un rechazo excesivo al anterior gobierno y su presidente, el doctor Leonel Fernández, que con su tozudez por volver a la presidencia y por largo tiempo, aleja las posibilidades electorales del PLD, aunque algunos no lo crean, y solo basta con la precomposición del sector y formula anteriormente descrita, y que esta surja de una convención libérrima y convincente del perremeìsmo la cual, si sale de una concertación, si es que la hay, tiene que pasar por el tamiz de de la base partidaria y su debida concertación de La Convergencia Nacional. Siendo asì, en las venideras elecciones nacionales superaríamos con creces el 47% anterior, sin ninguna duda.

POR JOSE ANTONIO MATOS PEÑA
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