Las relaciones deben ser con China, no con la rebelde de Taiwán
Solo un puñado de países, entre los que figura la República Dominicana, tiene relaciones diplomáticas al más alto nivel con la rebelde provincia de Taiwán. Nuestro país y la República Popular China sus relaciones se reducen a una simple oficina de carácter comercial.
A la rebelde Taiwán solo la reconocen oficialmente tres Estados africanos, 12 de América, uno de Europa (Santa Sede) y 6 de Oceanía, otros 7 le han retirado su reconocimiento.
A la rebelde Taiwán solo la reconocen oficialmente tres Estados africanos, 12 de América, uno de Europa (Santa Sede) y 6 de Oceanía, otros 7 le han retirado su reconocimiento.
Es decir, el concierto de países, incluido los Estados Unidos, antagónica e ideológicamente opuestos, ha privilegiado a la República Popular China para sus relaciones diplomáticas, de amistad y cultural al más alto nivel.
Nos preguntaríamos ¿por qué ese privilegio con el gigante asiático?, sobre todo, de Estado Unidos. Bien sencillo: obedece al progreso y al siglo de la República Popular China, a su crecimiento sostenido y dinámico, a que va en la dirección de convertirse en una potencia mundial con los medios financieros y tecnológicos para una expansión firme.
Conforme a estadísticas económicas globales China es ya la segunda entre las mayores economías del mundo. Se trata de un país dominante, que sus fábricas producen el 70% de los juguetes del mundo, el 60% de las bicicletas, la mitad de los zapatos y una tercera parte de las valijas.
Sin embargo, recuerdo una conferencia que dictó CaiWei Can, anterior representante de negocios de China Popular, a la Dirección Nacional y la Comisión Política del Partido de los Trabajadores Dominicanos (PTD), en la que afirmó que aun el gigante asiático sigue siendo un país del tercer mundo, debido a que hay que repartir en partes iguales con más de mil 300 millones de habitantes.
Aun así, la República Popular China, es una sociedad con recursos, con una aptitud extraordinaria para los negocios, por lo que se espera transforme la política y la economía global, pues desde ya comienza su dominio como potencia homogénica global con la creencia que desplazará en unas dos décadas a los Estados Unidos.
¿Estará pensándolo todavía el Estado dominicano para retirar su reconocimiento a Taiwán y restablecer relaciones al más alto nivel con el gigante asiático?
POR BENNY RODRÍGUEZ