EDITORIAL DE EL CARIBE: Sanción y repudio
En los conflictos que protagonizan los diferentes estamentos de las sociedades, sean sociales o políticos, en los cuales se llega al extremo de las vías de hecho, es frecuente que los comunicadores sufran consecuencias, a veces las peores.
En la República Dominicana en general los actores optan por mantener sus diferencias en el plano discursivo, y la confrontación callejera es poco usual, a no ser cuando las manifestaciones barriales se desbordan y terminan en violencia.
En el ejercicio de los derechos políticos los choques corresponden a la historia, lo que sugiere un clima adecuado para la libertad de expresión.
Pero el pasado miércoles vimos cómo esos derechos fueron atacados en medio de una manifestación de militantes del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), que acudieron hasta una vía pública a respaldar a su presidente, Leonel Fernández, lugar donde sectores que lo adversan habían convocado una “parada cívica” para repudiarlo.
La tensión marcó ese entorno de la avenida Tirantes y se produjeron agresiones que en forma alguna tienen razón de ser. Lo primero que quedó de manifiesto fue la intolerancia con todo lo que pudiera oler a rechazo al ex presidente de la República.
Y un grupo de ciudadanos enardecidos la emprendieron contra personas indefensas que se presentaron a la zona. Algunos quizás nada tenían que ver con el planeado repudio.
Los seguidores del PLD fueron muy violentos, no sólo frente a sus supuestos contrarios, sino especialmente contra reporteros de diferentes medios que cumplían con su deber.
Las imágenes gráficas y los vídeos muestran claramente los maltratos a que fueron sometidos varios reporteros. Totalmente abusivo e innecesario. Una brutalidad que requiere el repudio de la ciudadanía.
Los peledeístas, con todo el derecho a aplaudir a su presidente, se excedieron. Pudieron ser disuadidos por agentes policiales que estaban allí, pero permitieron que todo ocurriera. Afortunadamente, algunos activistas intervinieron y los ataques no fueron mayores.
Quienes cometieron el atropello deben ser sometidos a la justicia. Merecen sanción y repudio. 8/11/2014