El turismo de sol y playa y sus efectos en la salud‏


El turismo constituye una actividad de gran trascendencia social y económica, y dentro del mismo las playas y el clima son atractivos que condicionan los flujos turísticos, sin comparación posible con otra alternativa. El poderoso atractivo del mar y, principalmente,  las condiciones climáticas subtropicales e incluso en zonas de menor calor, constituyen una motivación de viajes vacacionales de primer orden (1).

Algunos autores estructuran este turismo, en tres pilares básicos: la seguridad, el disfrute y el confort y la salud.


En  el caso de las playas se ha tomado en consideración tanto el grado de ocupación del espacio de playa habitualmente emergido (bronceado) como el sumergido (baño), por entender que la práctica turística de sol y playa debe comprender no sólo la actividad del bronceado sino también la del baño.

La calidad ambiental de las playas, en especial del agua de baño, es un asunto que cobra cada vez mayor relevancia (2).

Al respecto, cabe en primer lugar centrarse en la frecuentación del espacio de playa habitualmente emergido (bronceado). Con relación a ello, es conveniente advertir que en las relaciones entre las temperaturas del aire y el grado de uso de la zona de baño, resulta oportuno señalar un umbral de 20 ºC para las ocupaciones bajas. Para ocupaciones media conviene subrayar,  el umbral de los 25 ºC; y por último, con relación al grado de ocupación elevado, cabe remarcar que es a partir del umbral de 28 ºC y, particularmente, el comprendido entre 28 y 31 ºC cuando la playa experimenta una mayor  predilección de uso por parte de los turistas.

En consecuencia, los límites de confort considerados como aceptables para la práctica turística  de sol y playa son un umbral térmico máximo de 33 ºC con umbrales de confort termo-higrométrico (THI índice de Thom de 19599) y de confort hídrico. En consecuencia, los límites de confort considerados como aceptables  con un umbral térmico máximo de 33 ºC con un THI de 28.5 ºC, aunque existe la  opinión que es posible introducir un subtipo caracterizado por un umbral térmico más flexible (ampliable hasta los 35 ºC), pero más restrictivo en cuanto al confort termo-higrométrico, con valores que no superan los 26.5 ºC.

Es importante a la hora de la elección  del turismo de sol y playa destacar que los efectos del sol son acumulativos y que el exceso de sol puede provocar diversas alteraciones entre las que se destacan: quemaduras, envejecimiento prematuro de la piel, afecciones oculares, insolaciones y golpes de calor por ello es recomendable.

También hay que destacar que las superficies que reflejan la luz del sol (arena, agua, nieve, pavimento) aumentan el riesgo de quemadura solar y requieren de aplicación de un bloqueador más alto. Además de lo planteado hay tener mucho cuidado con los días nublados (no hace calor, pero un alto porcentaje de las radiaciones solares llegan a la piel).

En relación a lo planteado, existe la fotoprotección natural determinada por el tipo de piel, ya que existen diversos tipos de piel según la clasificación de Fitzpatrick (3). El tipo I Pieles blancas, pecosas, pelirrojas, ojos claros. En este caso se quema siempre, no se broncea.

El tipo II Pieles blancas, y rubios se quema siempre y se broncea poco. En el tipo III Caucásicos oscuros, se presenta quemadura y bronceado moderado, Para el tipo IV Mediterráneos, las quemaduras son mínimas y se broncea siempre. Los pertenecientes al tipo V Del medio Oriente y “latinos” las quemadura son raras y el bronceado duradero y por último el tipo VI Negros africanos, no presentan quemaduras y son muy pigmentados.

Aunque la población es cada vez más consciente de los efectos dañinos del sol y de la necesidad de fotoprotección, gran cantidad de personas siguen exponiéndose excesivamente a las radiaciones solares (4).

Debido a ello es recomendable evitar la exposición solar durante las horas centrales del día entre las 11 y 14 horas solares, es útil practicar la denominada “ley de la sombra” o busca tu sombra. Además de usar ropa, viseras y sombreros para protegerse.

Las cremas fotoprotectoras deben ser consideradas medidas complementarias, deben tener un factor de protección (SPF) superior a 30 para todas las edades (5).

Finalmente son  importantes las recomendaciones siguientes:

-    Evitar exposición solar 2 horas antes y después del mediodía
-    Usar ropa protectora al sol: mangas largas, de tejidos y colores protectores.
-    Usar sombreros o viseras
-    Siempre que es posible: usar estructuras que "den sombra" 

Por: Msc. Dr. José Antonio Jorge Valera y Msc. Dra. Acela Cruz Trujillo
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