Sentí pena por Dino-Vincho o cuando la rabia es bilis incontenida (Crónica de Orlando J.)‏


No fue un programa de Televisión el pasado 3 de agosto. En todo caso, fue uno de los últimos rounds televisivos que se han observado, porque para los Vinchos, la televisión es un ring y un patíbulo contra la moral y la historia personal de los otros. La lista es larga


EN MIAMI, Florida, (Estados Unidos):  Sentí pena, porque a veces los peores enemigos, por cutres que sean, no te hacen  perder el sentido de humanidad. Eso nunca se puede permitir.

Le vi babear, acción ya conocida en el Dino-Vincho, cuando la rabia es bilis incontenida.

Pero nunca pensé que esa locura senil de sentirse presidente sin serlo (viejo síndrome que le hizo enviar al difunto Jorge Blanco a la cárcel), le llevaría al borde del insulto contra el Presidente Constitucional de la República, Danilo Medina.

No fue un programa de Televisión el pasado 3 de agosto. En todo caso, fue uno de los últimos rounds televisivos que se han observado, porque para los Vinchos, la televisión es un ring y un patíbulo contra la moral y la historia personal de los otros. La lista es larga.

Verdugos de amplio control, humillados en su ego privilegiado del poder, están desquiciados, sin sitio. Amenazan con irse. Alguien les pone un reloj con hora, días, minutos y segundos, como debía ser, con la secreta convicción de que no abandonarían nada.

Antes que el padre de ojos desorbitados lanzara rayos y centellas aquel caluroso domingo de agosto, el engendro menor, a quien el letrado ciclópeo ha tildado de fogoso con tierna sonrisa luciferina de papá consentidor, ya había enviado unos twitts bien calientes contra el Presidente de la República, y luego se excusaría y prometía moderación.

Dino-Vincho fue capaz en su rabieta, de agarrar el lema de campaña y de gobierno de Danilo Medina para burlarse: “¿Y esto es lo que  nunca se ha hecho?”

Estas actitudes, que tienen tufo claro de gente del golpismo inveterado, que viene del paramilitarismo más acérrimo, hace décadas los habría llevado a la cárcel,   al menos para “asuntos que interesan a la institución armada”; todos los Dino-Vinchos habrían tenido que dar explicaciones claras, pero el hecho de que se les permita sin ninguna consecuencia esta algarabía de corte facistoide, también muestra que se viven otros tiempos, dentro de una democracia, aunque precaria, ilusa y con metamorfosis de autoritarismo, según vientos y circunstancias.

Pero volvamos a nuestro objetivo. Dino-Vincho fue capaz en su rabieta, de agarrar el lema de campaña y de gobierno de Danilo Medina para burlarse: “¿Y esto es lo que  nunca se ha hecho?”.

Ahíto de baba verde (como el mismo Diablo quizás de  tiempos del Papa Urbano II), a veces parecía que se embarraba el cristal de los televisores… y baba iba y baba venía…la televisión era una barca de cristal y más baba verde, derramaba.

¡¡¡Oh Dios cuánta baba!!!.

Para más delirios, tomó en verdosa boca a Don Juan Bosch. Don Juan para aquí, Don Juan para allá, Don Juan para acá, monólogo de patriota apurado a quien, era evidente, en algún momento se notaba con apuros de salir del paso, de alcanzar alguna conclusión más o menos lógica y convincente.

Despachado aún, seguía inconsolable con su rojiza cara de malévolo acorralado por la fatiga de los años y las toneladas de mentiras en su conciencia. ¿Había hecho conciencia repentina de que su gran proyecto de venderse como “salvador  de la patria” a pocos convence y ya ronda lo abyecto?

La Respuesta ese día atacaba, finalmente, al Estado que le había auspiciado en poder e influencia.


¿Por qué La Respuesta?

Porque alguien que se pase todo los domingos del mundo, como hobbie,  jodiéndole la vida a  los demás tenía que intentar hacer un Castillo televisivo y casi medieval (muchos espalderos incluidos) para defenderse del contra-ataque por todas los infamias vertidas sobre personalidades, damas, familias enteras, intelectuales que no son de su gusto, prensa que no es de su gusto, funcionarios que no son de su gusto (Gustavo Montalvo en especial en este momento, ya había arremetido contra Rafael Camilo y contra Francisco Domínguez Brito, este catolicón integrista, acólito insólito del Cardenal, al defender lo imposible en la boda del asesino y la narco), gente común que no es su gusto, empresarios que no son de gusto (porque de éstos últimos los hay que han despertado y dejado a un lado la hipocresía y el disimulo).

Pero la cosa no acaba ahí. También han recibido ataques de Dino-Vincho los guardias que no son de gusto, porque los hay que se han negado a patrañas urdidas en la sombra del paramilitarismo para fuñir a terceros, porque no todos se dejan usar desde ciertos poderes.

¿Y qué decir de los abogados que no son de su gusto y medio país que no es de su gusto?

En fin…Pero nada dura para siempre y parece que al cabo del tiempo, el desenlace apunta hacia el 2016.

Estremecidos en su ejercicio del poder a su antojo, los Dino-Vinchos no han salido bien de esta. Se les ha visto haciendo yuca en el Palacio, mientras el Presidente se ocupaba de sus deberes en alguna provincia. Todo se sabe y sale del Palacio. Quién lo iba a decir, como bestias hambrientas y sedientas arrinconadas en las noches de aullido, allí se quedaron, no fueron recibidos por el Presidente.

Claro, estaban golpeados y convencidos de que el Presidente cometía un garrafal error, porque a los Dino-Vinchos -”Patriotas” que “sin lucrarse” han salvado al país de grandes catástrofes- no se les podía tratar así.

Ese desaire sin duda abonó la pena y la rabia que Dino-Vincho exhibió en La Respuesta. Y hablaba y hablaba a Don Juan Bosch, le imploraba más bien, le daba la queja de lo que le habían hecho, como acusa a sus amiguitos con el papá para que les imponga un castigo.

Y en el desvarío y locura de ese domingo surgió un error de memoria esencial, saca a relucir al  ex presidente Leonel Fernández en el tema de Haití, a propósito de una visita a Martinica.

¿Se hace o lo es?..

¿Quién inició la corrupción binacional con una escuela en Haití que costó, según Félix, el flautista del Leonel, 50 millones de dólares?..

¿Quién sobornó al actual campeón de la “democracia haitiana”, Martelly, el danzante de los Duvalier? ¿Quién?

¿Quién creó el esquema de corrupción binacional, olvidando soberanía o destino nacional, tan cacareado por Dino-Vincho?…

El  programa La Respuesta del domingo 3 de agosto será histórico, no por la viscosa sustancia verde luciferina, sino porque marcó el inicio de un  desenlace interesante: el Frente Patriótico que llevó al PLD a posiciones de ultraderecha hoy se puede analizar como una fuente de oportunidades para un grupo de farsantes, a quienes el decreto presidencial, polémico y difícil, ha quitado la careta racista y seudo patriotera.

Dino-Vincho sabe que ya no es el mismo, que su impotencia mediática revelada en las pantallas, le retrata como una mueca perdida en la propia barbarie de sus errores humanos, pletóricos de soberbia y fantochería.

Ahora se observa claro quiénes son los únicos que han traicionado al Presidente Medina, porque le han hecho un juicio público y lo han insultado a su antojo, como en los mejores tiempos de las conspiraciones de la transición, cuando los calieses como esbirros querían imponer el viejo orden, pese a que su querido Jefe había recibido su merecido.

Pero hoy Dino-Vincho, ya no es el mismo y su trayectoria de ira e insultos, en una circunstancias que tampoco son las mismas, comienzan a dejar en medio de la pantalla blanco y negro, gris  o a color, la estela de un humo y una osamenta milenaria, francamente decadente y desfalleciente. /Tomado de Acento.com.do/.

Por Orlando J. Rodríguez F.
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