Seguridad sanitaria del mundo depende de ayuda a países que sufren del ébola‏


EN GINEBRA, Ginebra, (EFE):  La seguridad sanitaria del mundo depende ahora de que la comunidad internacional ayude a Guinea Conakry, Liberia y Sierra Leona a sofocar el brote de ébola, que ha causado la muerte de cerca de un millar de personas debido a las enormes deficiencias de los sistemas de salud de esos tres países.

Esta advertencia fue lanzada hoy por la directora de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan, tras anunciar la decisión de elevar el brote a la categoría de "emergencia pública sanitaria de preocupación internacional".


"Los países afectados no tienen la capacidad para enfrentarse a un brote de esta talla y complejidad por sí mismos. Nuestra seguridad sanitaria colectiva depende de apoyarlos a contenerlo", declaró Chan ante la prensa en la sede de la OMS.

Dejando claro que la declaración de emergencia "no implica que todos o muchos países van a tener casos de ébola", la máxima responsable internacional de sanidad enfatizó en su mensaje que los países afectados no pueden afrontar solos este desafío.

Ello es debido a que su capacidad sanitaria es muy débil, carecen de recursos y ni siquiera tienen trajes y material de protección, ni médicos, enfermeras, laboratorios o técnicos suficientes, todos estos elementos indispensables para detener la transmisión de la enfermedad, dijo Chan.

"Se trata de tres países que han salido recientemente de años de conflicto y dificultades y que empezaban a experimentar cambios positivos, pero, si no reciben el apoyo requerido, retrocederán varios años", advirtió.

El Comité de Emergencia de la OMS, una instancia integrada por expertos de varias partes del mundo, ofreció el sustento científico a la decisión adoptada hoy por la organización sanitaria mundial, al tiempo que identificó los problemas más urgentes que hay que resolver si se quiere controlar la propagación del ébola.

En los tres países donde más se ha extendido la enfermedad, "los sistemas sanitarios son

frágiles, con un déficit de recursos humanos, financieros y materiales significativos", lo que ha resultado en su incapacidad para detener la transmisión del letal virus, que presenta una tasa de mortalidad superior al 50 por ciento.

En la misma línea, esos países carecen de experiencia en brotes de esta enfermedad y existe una percepción equivocada de ella, incluso de cómo se transmite, según el comité.

Además, las regiones donde se registra el brote constituyen la intersección de los tres países, donde existe una fuerte movilidad interna y transfronteriza, recordaron los científicos.

Todo esto ha hecho parecer que se trata de un brote incontrolable, lo que hoy rechazaron tanto Chan como su adjunto, el doctor Keiji Fukuda, responsable directo en la OMS del seguimiento diario del plan de contención del ébola.

"El ébola es altamente infeccioso en ciertas circunstancias, pero es una enfermedad que puede detenerse. No es un misterio", enfatizó Fukuda.

De las 1.779 casos detectados hasta hoy (con 961 fallecidos), al menos 150 fueron de trabajadores sanitarios, de los que 80 murieron, una situación que ha nutrido la idea de que se trata de una enfermedad irremediablemente fatal y frente a la que no hay protección.

Fukuda desmintió esto al explicar que el personal sanitario que fue infectado no llevaba la indumentaria ni utilizaba los equipamientos de protección necesarios ni seguía los protocolos establecidos.

"Muchas de esas infecciones ocurrieron antes de que se supiera que había ébola y los empleados se contagiaron por un contacto sin protección con los pacientes. Los que ocurrieron después se debieron a medidas de prevención inadecuadas, también puede haber sido por el cansancio", explicó el "número dos" de la OMS.

El especialista aseguró que "con el material de protección se puede atender al paciente de manera muy segura" y, sobre los expertos internacionales que están llegando a la zona afectada, dijo que si están bien protegidos "el riesgo de llevar la infección cuando regresen a sus países es muy bajo".

Aunque el aporte de los especialistas de distintos países será esencial para atajar esta crisis, Chan fue enfática en que no se puede depender de ellos y en que se necesitan sanitarios locales "a los que hay que pagar".

La integridad de estos trabajadores -agregó- debe igualmente ser garantizada, en los casos en que sea necesario con el uso de la policía o de fuerzas militares en las áreas donde circula el virus, recalcó.

Por Isabel Saco
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