Jaquimeyes, Aliviadero de Canoa y el INDRHI…
En los días que discurren, se han escenificado protestas en la comunidad de Jaquimeyes, y entre los principales argumentos de reclamos, esta la continuación de la rehabilitación del sistema de derivación de aguas del río Yaque del Sur, del río San Juan, sus afluentes y los aporte del las presas de Sabaneta y Sabana Yegua, llamado hoy por las autoridades como el túnel de derivación de aguas del Yaque.
Hemos visto también las declaraciones del ingeniero Duarte, por parte del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos en el sentido de darles garantías de que se seguirá trabajando en dicho sistema de derivación de aguas a la Bahía de Neiba, y recordando además, que luego de empezarse a trabajar en la derivación, su poblado, el de Jaquimeyes y otros que se inundaban, no le ha estado inundando, y por tanto agrega, se seguirá la reconstrucción, a fin de que el lago Enriquillo, además, no se siga desbordando, ò en palabras nuestras, creciendo inmisericorde y desmedidamente, ya que en épocas de crecidas de los ríos referidos, parte importantes de esos caudales dejan de ir al mar Caribe en cuyas costas hace falta ese cruce a contracorriente de aguas, al ecosistema marino.
Es de gran satisfacción para nosotros, la coincidencia de pueblo e INDRHI, en algo que hemos demostrado hasta la saciedad, con lo hemos llegado a tantos sectores como la figura de mayor orden en nuestra sociedad, el presidente Danilo Medina, demostrado en sus palabras de inauguración del poblado Nuevo Boca de Cachón, el 23 de marzo 2014, lo cual debiera servir de lección al ilustre ingeniero y científico de la Z, que todavía insiste en que esas aguas no significan en la desgracia de la Hoya del lago Enriquillo, ¡que capacidad señores!...
Hemos deplorado, que ha pesar de que el gobierno actual ha declarado de prioridad esta derivación de aguas, no ha aplicado de manera efectiva los fondos para la misma, indicando además, también el ingenieo Duarte, que estas obras de derivación son colaterales a la construcción de la presa de Monte Grande, y por tanto en orden de ejecución. Teniendo la suerte de que las dos últimas temporadas de Huracanes y tormentas han sido benignas y por tanto, el lago Enriquillo en los meses que discurren ha reducido su nivel, más no así en los años anteriores, sobre todo en 2011 y 2012.
Adelante con la ejecución de estas obras de derivación, se supone que los próximos periodos de lluvias sean moderados como estos, pero de esos eventos no nos debemos fiar, la crecida del lago Enriquillo, que llegó a superar los 22 metros verticales y cerca de 200 kilómetros superficiales, con daños inconmensurables al hombre y a la ecología, sigue siendo una amenaza.
POR JOSÉ ANTONIO MATOS PEÑA