FOTO DESTACADA
Los huérfanos de la epidemia
Amadu, de cuatro años (izquierda), y su hermana Hawaiu, de tres, viven con su abuela tras la muerte de sus padres por ébola en Kula, localidad sierraleonesa de Kailahun. Los menores que pierden a sus padres por la infección son acogidos por familiares o vecinos (Foto: josé naranjo/.