Esas Siglas, dejaron de representar nuestros valores
La historia no es más que un recuento de los hechos de los hombres, a su paso por la vida, la historia política, no escapa a esta regla. Iniciamos esta nota, pues consideramos pertinente dejar constancia de lo que ha acontecido en una institución que mereció tener mejor suerte.
Con más luces que sombras, el PRD agoniza, producto de tantos maltratos y rescatarlo y resucitarlo. Es como diría cualquier compueblano: Costaría más la sal que el chivo.
Con más luces que sombras, el PRD agoniza, producto de tantos maltratos y rescatarlo y resucitarlo. Es como diría cualquier compueblano: Costaría más la sal que el chivo.
Hace tiempo que analistas nativos y consultores internacionales, venían levantando la tesis sobre el agotamiento de la marca PRD. Mucha tinta se ha derramado enarbolando teorías y razones pretendiendo justificar ese “agotamiento”.
El PRD, fue derrotado por El PRD. Esa advertencia, repetida hasta la saciedad por el Dr. José Francisco Peña Gómez era la única forma de aniquilar a esta organización. Sentencia consumada por los actuales incumbentes de facto de este partido con su presidente Miguel Vargas a la cabeza en contubernio con los gobernantes del Partido Contrario.
Múltiples divisiones, pactos al margen de los principios que dieron origen al perredeismo, violaciones constantes a nuestros estatutos, horizontalidad en el liderazgo, con organismos supernumerarios imposible de convocar, prácticas clientelares y paternalistas suplantaron la meritocracia en fin todos esos males nos trajeron hasta aquí.
Por eso, afirmamos, convencidos y firmes que: Esas siglas, dejaron de representar nuestros valores. Por ahora no hay posibilidad de recomponer esa organización, su estado agónico amenaza con llevarnos con él a la tumba. Y eso no podemos permitirlo.
Agotado el último esfuerzo por salvar esta institución que tantos aportes hizo a la democracia, quedó truncado con la más desastrosa y perversa de las convenciones que partido alguno haya realizado en la historia democrática de la Republica Dominicana, donde la exclusión de una gran mayoría y la negación a elegir y ser elegidos de los pocos que quedaron, fue el modus operandi de las actuales autoridades amparadas y apoyadas por las fuerzas públicas.
Llego el momento de las grandes decisiones, enfocarnos en organizar la gran mayoría en torno al Partido Revolucionario Mayoritario, promoviendo un liderazgo institucional consciente de lo que debemos y lo que no debemos hacer, dejando atrás los vicios y métodos fracasados.
Enfocándonos resueltamente en promover a todos los niveles: Presidencial, Congresual y Municipal un liderazgo electoral, con la reciedumbre ética, moral y suficiente capacidad y conciencia sobre cómo encarar los problemas nacionales. Capaz de concitar el respaldo de las grandes mayorías nacionales que entusiasmados asuman como depositario de su esfuerzo, voluntad y sus votos La Convergencia, por un mejor país, como única garantía de salvar el sistema de Partidos soporte de la Democracia Política que tanta sangre le ha costado al pueblo dominicano.
Por: Margarito De León Castillo