Enigmas del incendio de Barahona en 1864 (Segunda parte)
En el libro séptimo de su diario de campaña, el general La Gángara, aborda las batallas escenificadas en el Sur dominicano- El desalojo y quemas de ciudades por el bando contrario, entre ellas, el incendio del poblado Barahona ocurrido en 1864.
Otras de las obras que nos ofrece una visión de la guerra desde el lado de la corona española fue la que escribió en 1870 el capitan del ejército español Ramón González Tablas “Dominación y última guerra de España en Santo Domingo”, testigo directo de muchos sucesos en el Cibao durante la guerra.
Del desarrollo de la Guerra de la Restauración en el Sur queda el enigma de que si la Común Barahona llegó a quemarse en su totalidad . El general La Gángara revela en su diario que Liberata le prendió fuego a Barahona con mujeres y niños dentro de sus casas, acusación que, como veremos más adelante, podría no ser cierta.
Algunos libros, nos acercan un poco a la verdad sobre las crueldades de algunos cabecillas del ejercito de la Restauración. Existieron voces patrioticas que nunca comulgaron con esos actos despiadados y lo denunciaron publicamente, como el general Gregorio Luperón, el guerrero de la libertad. En cambio, algunos intelectuales orgánicos de la tiranía de Trujillo, nos relatan una historia muy diferente. Una historia que busca justificar una conducta injustificable, donde prevalece el patriotismo tradicional y el culto ciego a la gloria militar de algunos cabecillas restauradores, cuyo simbolo era el machete, sin reconocer los desmanes y la indisciplina de algunos, como los generales Manuel El Chivo y Perico Salcedo , que hacian odiosa la noble causa de restaurar la república.
Cuando se produjo la anexión a España, por parte del general Santana, el dominicano era un pueblo esencialmente agrícola (Ver Francisco Javier Gómez "El P. José J. Cotanilla en la Santo Domingo española 1861-1862"), el tabaco representaba la base de la economía del norte, especialmente en el Cibao, mientras que en el Este y en el Sur, persistía el latifundio ganadero y forestal.
Al principio, la entrega de la soberanía a esa potencia extranjera, por un amplio sector de la alta y pequeña burguesía comercial en asociación con los decrepitos hateros del Este y el Sur ( representado politicamente en los caudillos como Santana y Báez, quienes se disputaban el poder encarnizadamente) , pareció no importar a la clase media urbana y al campesinado ante el temor de nuevas invasiones haitiana y por la situación de miseria del país.
Ya anunciada la anexión a la "madre" España, en muchos poblados, como Barahona, se organizaron fiestas y se emitieron proclamas públicas de apoyo, como el pronunciamiento emitido el 19 de marzo de 1861 (Este pronunciamiento sólo se reproduce en nuestro libro “Enigma de Barahona) firmado por la autoridades civiles y militares, entre ellos Angel Félix (Angelito Liberata), Silvain Coiscou,Tomas Suero,entre otros.
Cuando se emitió el Real Decreto, de 24 de abril de 1861, que declaró a Santo Domingo parte integrante de la Corona, fue Angel Félix (Angelito Liberata), en calidad de comandante de Arma, el militar que arrío la bandera dominicana e izó la bandera de España. Meses después, Liberata presenta su renuncia al gobernador de Azua, general Abad Alfau, siendo sustituido por Tomás bobadilla hijo.
¿Por qué Angelito Liberata se une años más tarde al movimiento restaurador? Al producirse la anexión muchos militares aspiraban a pasar al ejercito español con iguales grados militares que los que les habían sido otorgados por gobiernos dominicanos (Ver Juan Bosch “La guerra de la Restauración y la Revolución de abril”), pero esas aspiraciones no fueron aceptadas por el ejercito de España. Como lo explica la Gángara en su libro, porque un soldado raso español no iba a aceptar las ordenes de un general negro o mulato (al que consideraban seres inferiores), que se paseaba semidesnudo por un mercado comprando frutas.
Muchos generales y coroneles pasaron a la reserva como miembro de la milicia ciudadana,sin rango ni autoridad de mando en el ejercito español, como Angelito Liberata, ganando un sueldo de miseria de 40 pesos al mes. Liberata,como muchos militares dominicanos, que habían peleado en guerras contra Haití y alzamientos militares, se sintieron humillados.
El libro “El alzamientode Neiba” de José Abreu nos da una idea sobre las condiciones de pobreza en la que se encontraba viviendo Liberata, en el poblado Rincón,hoy Cabral, unos años después de pasar a la reserva.
En esa fecha corría un chisme, echado a correr dizque por una señora llamada Bartolina Ramón, que llegó a los oidos de la comandancia de Neiba. Decía el chisme que Domingo Serrano (Minguina) había encontrado a Liberata matando un marrano para vender su carne ya que no tenía dinero para mantener a su familia, revelandole su estado de miseria y quejándose de que ya nadie le fiaba o le prestaba dinero, añorando los tiempos cuando era comandante de la plaza de Barahona.
Basado en interrogatorios, Liberata, supuestamente, le confesó a Minguina que solo esperaba que estallara una revolución para cambiar su suerte. A pesar de que se interrogó a varias personas, este chisme, nunca fue comprobado por la comandacia de Neiba.
POR DAVID RAMÍREZ
