Hipólito y el 2016…
Con virtudes y errores, como todo humano, don Hipólito Mejía se desplaza en el día de ayer, con una gama de reflexiones de alta profundidad, con aciertos y yerros, parangoneable con el boxeador nuestro, ya en retiro, Miguel Montilla, que derrotaba en su gran mayoría sus rivales por su alto poder en los puños, pero descuidaba la defensa, sufriendo golpes que pudieran ser esquivados.
El Yerro lo vemos en el discurso de Hipólito cuando se refiere a la factibilidad de explotación de “loma Miranda”, no sabemos cual es la necesidad de él de expresarse en esos términos, pero de seguro son duros los golpes que recibirá, pero sí sabemos de su gran sinceridad, también hay que saber que su gran rival con capacidad de golpearle mediáticamente, no puede remover esos escombros porque al batir ese material, el olor se propagará, ese archi enemigo le es don Leonel Fernández Reina.
En cuanto a lo demás, el aspecto puramente político fue abordado con gran capacidad, asumiendo una posición verdaderamente política y de futuro, matizada por dos vertientes, cual de las dos más importantes: la primera, no descartándose como posible candidato, lo cual sería un contrasentido y absurdo, ya que de descartarse estaría quemando las naves y enviando a parte de su caudal electoral a cualquier parte, y nada bueno haría con un nuevo candidato, ejemplo, Luis Abinader, que de declinar pura y simplemente por él, es parecido a echarle carburo a un Banano nuevo.
Lo segundo, don Hipólito Mejía esta frente a un escenario rumbo al 2016, en el que se podrían renovar todos los estamentos políticos de la nación, escenario éste, que en la supremacía hoy lo encabezan dos líderes de un mismo partido, en el que uno de ellos ostenta el ejecutivo y una gran popularidad y el otro, el verdadero poder detrás del trono, permeando con su influencia política, casi todos los estamentos, presidiendo el partido gobernante y manteniendo la debilidad del mayor partido de la nación, llevado por él y sus adláteres internos su reducción a la más mínima expresión.
Esta última opción podría llevar a Hipólito Mejía a ser el gran árbitro de tablero político nacional y por tanto, hombre de gran poder de decisiones en el país en los próximos dos períodos gubernamentales, lo cual podría ser biológicamente posibles, aunque no necesariamente así.
La otra vía pudiera ser la llegada a presidente del mismo, todo al final, solo lo sabrá Dios, pero esta y lo demás lo dirán los acontecimientos, y si don Hipólito lo juega así y permite que los acontecimientos se maduren con toda normalidad y secuencia, terminará siendo en cualquiera de los escenarios, el gran ganador…
POR JOSE ANTONIO MATOS PEÑA.