DOMINGO ESPECIAL: Bosch y Balaguer, su sola comparación es una ofensa
El frente Patriótico parece ser la mancha indeleble de la figura histórica del más grande pensador y organizador de la historia política contemporánea dominicana, del siglo pasado.
La ira de Matías Bosch, ha provocado la catarsis reformista que como aluvión ha inundado los medios, sacaliñando adiestra y sin siniestra, el carácter de malagradecidos de los peledeístas del nuevo camino. Sin escatimar esfuerzos, estos recuerdan su hecho trascendental, el Frente Patriótico y el Camino Malo Esta Cerrado, definitivamente Cerrado.
Los que estuvimos allí; que antes, durante y después, cuestionamos el carácter nefasto de ese acto, negador por demás, de la trayectoria del maestro y forjador de la democracia dominicana; entendemos la rabia de Matías, poner al lado de don Juan, el personaje que llenó de luto y dolor los 48 mil kilómetros de la república.
Justo a su lado en una feria de la cultura, colocar en el mismo plano al maestro de la soberanía y antillanita comprometido, igualándolo nada menos que con el forjador de la banda colorá, los calieses e incontrolables de Macorís, que llenaron las cárceles de presos políticos, los cementerios de cruces y las fosas comunes de desaparecidos; es duro hermano Matías. Poner a Don Juan, quien por combatir la corrupción fue víctima de un golpe de Estado, en la misma trayectoria de quien sentó las bases del Estado Moderno corrupto con sus 300 millonarios.
Pero, lo que es inaudito Matías, eso lo comparto contigo; es comparar al padre del ejercicio político ético, con un ser humano que parece más un monstruo que una persona, a quien en el lecho de muerte, le germinaron como cimientes hijos por doquier, y a quienes no solo le negó el apellido, sino, una paternidad responsable.
El carita de santo pendejo, que todos creíamos que no rompía un plato, resultó ser un padrote, cuyas preferencias eran mujeres humildes de servicio de quienes compraba el silencio de sus andanzas, tal vez, digo yo, con amenazas y chantajes. Es indígnate, es triste y da rabia, hacer de quien no robó ni mató, un símil, con quien hizo todo lo contrario.
Ahora hermano, el problema y los responsables de esta aberración no son los reformistas y ni siquiera Balaguer; los que negaron la historia y quisieron llegar a cualquier precio y valiéndose de cualquier medio al poder, son los que tienen que responder ante la historia. Desde aquel día del año 1996, que se partió la historia en el Palacio de los deportes, en un antes y un después del Frente Patriótico; me he preguntado como profesor de ética, con más de 20 años en la docencia, sobre la responsabilidad moral de Juan Bosch en este acto.
Adolfo Sánchez Vásquez, en su texto sobre ética al abordar el tema sobre la ignorancia y la responsabilidad moral establece, “que solo podemos hacer responsable de sus actos al sujeto que elige y actúa conscientemente, es evidente que debemos eximir de responsabilidad moral al que no tiene conciencia de lo que hace, es decir, a quien ignora la circunstancias, naturaleza o consecuencias de sus acciones”.
¿Era Juan Bosch consciente de su presencia en el Palacio de los Deportes del Centro Olímpico, en el acto del Frente Patriótico?, ¿Fue o lo llevaron al acto? Las dudas sobre su estado de conciencia han hecho de mí un escéptico confeso del nivel de conciencia y de la responsabilidad moral de Juan Bosch en este acto. Su mirada perdida y su ansiedad descontrolada en el consumo recurrente de agua, me hacen dudar de su conciencia plena en este acto. Sólo Dios y un par de mortales, registran la verdad de lo que allí aconteció.
Autor: Juan Tomás Olivero
