Auditorías a los partidos‏


Por lo que ha denunciado la Cámara de Cuentas, a través de su presidenta Licelot Marte, en este país hay partidos políticos que en la práctica han convertido en un gran desorden el manejo de los recursos monetarios que pone en sus manos la Junta Central Electoral.


La falta de organización en cuanto a erogaciones de fondos delata a distancia a la mayoría de las agrupaciones políticas reconocidas en este país, que cada año manejan, de conjunto, más de 800 millones de pesos.

Sin identificarlos por sus nombres, la Cámara de Cuentas acaba de dar a conocer que auditorías realizadas a los partidos revelan múltiples irregularidades en el manejo de los fondos que, dicho sea de paso, son recursos que pertenecen al pueblo, que los aporta mediante el pago de impuestos.

Debido a lo complicado de la situación, el Pleno de la Cámara de Cuentas ha decidido para este año fiscalizar a las 26 agrupaciones políticas que existen en el país, de las que 12 ya han sido auditadas.

 Sin embargo, la funcionaria fue categórica al afirmar que “estas debilidades son comunes en gran parte de los partidos políticos, pero no podemos generalizar, existen algunos que dan las informaciones en tiempo oportuno y manejan sus cuentas de forma más correcta”.

Pese a que esas entidades han sido insistentes en ofrecer opiniones favorables respecto a la controversial Ley de Partidos, a la distancia se ve que a no pocos de éstos les conviene que esa legislación nunca pase de ser mera aspiración.

Eso nada tiene de raro, y más tratándose de situaciones que se dan a lo interno de agrupaciones políticas al mejor estilo dominicano.

Para nadie es un secreto que hay partidos que no tienen la debida organización en lo que se refiere al manejo adecuado de los recursos que la JCE pone en manos de sus dirigentes.

Licelot Marte agregó que entre las debilidades que delatan el accionar de los partidos están la falta de soporte en la mayoría de sus gastos, emisión de cheques sin soporte, manejo inadecuado de las compras y contrataciones de obras y servicios, desembolsos por concepto de alquiler sin contratos.

También, retenciones de impuestos que no son pagados al fisco, falta de recibos, incumplimiento de las normas que establece la contabilidad gubernamental, carencia de órdenes de compra y cotizaciones de los proveedores, depósito de fondos en fecha posterior a la reglamentada, etc.

Por todo esto entendemos que la política en República Dominicana debe dar un giro de 180 grados si queremos que las futuras generaciones disfruten de un país libre, democrático y con aspiraciones eternas de definir su propio destino.



 POR FELIPE MORA




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