El tiempo de Sonia Silvestre es y seguirá siendo eterno; ni canciones, ni poemas llenarán su vacío
EN SANTO DOMINGO: El arte popular dominicano perdió con la muerte de Sonia Silvestre a una de sus mejores exponentes. La popular intérprete, que también incursionó en la radio y en el cine, murió el sábado a los 61 años mientras recibía atenciones en el Hospital General de la Plaza de la Salud, en donde permaneció ingresada una semana.
Un accidente cardiovascular masivo, entre otras complicaciones, no le dejaron más opciones al equipo médico que conectarla a un ventilador artificial.
Desde que trascendió su internamiento, la mañana del pasado miércoles, la población estuvo al tanto de su situación. Sus familiares tomaron una errónea decisión de no ofrecer información a la prensa, lo que provocó el morbo en las redes sociales, aluvión que arrastró hasta periodistas e instituciones, que dieron como un hecho que la artista había fallecido el pasado jueves, lo que fue desmentido horas más tarde por s esposo, José Betancourt.
Familiares y amigos asistieron ayer a la funeraria Blandino a un velatorio privado en el que escuchaban sus canciones. Para hoy está previsto un velatorio público en el mismo lugar hasta las 4:00 PM, hora en que sus restos serán trasladados al Cementerio Nacional Máximo Gómez.
Una huella
Juan Luis Guerra, Cecilia García, Manuel Tejada, Freddy Ginebra, Víctor Víctor, Fernando Echavarría, Pavel Núñez, entre otros artistas, lamentaron su deceso.
Cecilia García fue quien introdujo a Sonia Silvestre en el negocio del entretenimiento al involucrarla en la grabación de comerciales, y el fallecido maestro Luis José Mella, quien más tarde la llevaría ante Freddy Ginebra, para su debut en el programa "Gente".
Desde su residencia en Orlando, Florida, la destacada artista Cecilia García ponderó las cualidades de su entrañable amiga. " Me parece increíble que esté escribiendo en estos términos, no lo quiero creer, no lo quiero sentir. Es sencillamente horrible cuando se está lejos hacer conciencia de cosas como ésta".
"Sonia para mí es muchas cosas, primero, mi amiga de colegio, estudiamos juntas y nos graduamos de filosofía y letras en el Colegio Santa Teresita. En esa época ya yo estaba cantando, y ella siempre me acompañaba a los ensayos, grabaciones de anuncios (jingles), shows, reuniones etc, y fue así como se la fui presentando a todas las persona del medio.
Teníamos los mismo gustos por la música, y siempre consideré que ella también debía incursionar en el canto, al igual que yo. Y fue una vez que participé en un tele maratón en Rahintel, cuando la animé a que cantara, así lo hizo. Luego comenzó a cantar en el programa 'Gente de Freddy Ginebra'.
Yo me fui a vivir a Puerto Rico en el 70 y ella siguió haciendo carrera", recordó García, al comentar que es la madrina de Guillermo, su primer hijo. García consideró que Silvestre tuvo un rol importante en las propuestas sociales. "Fue la más popular de las cantantes durante mucho tiempo, por eso, el "tiempo de Sonia" es y seguirá siendo eterno.
"Vivió como quiso, fue coherente en pensamiento y actitud en la vida. Inteligente, buen sentido del humor, intensa, talentosa como la que más… pero nos deja, con un vacío inmenso que no habrá canciones ni poemas ni anécdotas, ni recuerdos, ni lágrimas, ni risas ni nada para llenarlo...", escribió.
Freddy Ginebra manifestó que perdió a una gran amiga y el país a una extraordinaria artista. "Es una de las mejores intérpretes de boleros de nuestro país. La canción debe estar de luto.
Fue una mujer apasionada que hizo de la música su vida. En el año 1970 me la llevó Luis José Mella, pues acompañaba a Cecilia García, y fue una gran sorpresa. Le dijo que ella no cantaba y desde que abrió la boca no paró más, casi todos los sábados estaba en el programa Gente", señaló.
Víctor Víctor, más que un amigo de la intérprete de "Mi guachimán", entre otros éxitos refirió:
"Será difícil no contar con La Silvestre, amiga siempre, con quien compartí música y luchas en momentos de paz y de guerra. Siempre hizo lo que su corazón y conciencia le indicaban.
Renunció por años a toda la comodidad de su éxito al elegir compromiso militante y hacer lo que la juventud de su generación tenía que hacer. Murió con las mismas ideas que les conocí: gran sentido de justicia, amante de la libertad, entrega a sus congéneres y todo lo cantaba con voz de elegida. Dos cosas no pudo hacer: enseñar en una escuela y vivir en un país más igualitario. En mi corazón le llevo", comentó Víctor Víctor.
Mientras que José Antonio Rodríguez, ministro de Cultura, no quiso hablar como tal, sino como amigo.
"Permítanme hablar como José Antonio y no como el Ministro de Cultura, les pido que me concedan hablar como el artista y ser humano que se benefició de la amistad y la calidad humana de Sonia", pidió.
Dijo estar convencido que no se marcha, que sólo abandonan aquellos a quienes no se les recuerda. "Y sólo no se recuerda a aquellos que en su paso por la vida no tuvieron la oportunidad de compartir momentos inolvidables, Sonia es uno de esos seres que pasa por la vida repartiendo momentos que obligan al recuerdo. Amiga, cómplice y sobre todo, cercana.
Cercana no sólo bajo el escenario, sino y sobre todo, cercana desde el escenario porque nunca fue lo que no era. Nunca motivó su paso por la vida diferenciando al artista y al ser común, no, Sonia siempre fue Sonia, nunca anduvo con las luces del escenario a cuestas como tampoco dejó que esas mismas luces la convencieran de dejar de ser Sonia, la eterna Sonia", comentó.
El maestro Manuel Tejada se quedó con grandes momentos de esta artista. "Me quedaré siempre con todos los grandes momentos que vivimos juntos en la música, desde aquella primera vez en el 1978 , en el Festival Mundial de la Juventud, en el Teatro Carlos Marx de la Habana, Cuba, en que le acompañamos con el Grupo de Fusión Dominicano 'Madora'. Las interminables horas en los estudios grabando su voz para los jingles publicitarios que he producido".
De su trayectoria
Sonia Silvestre ganó el Gran Soberano que otorga Acroarte en el 2000. Nació el 16 de agosto 1952, en San Pedro de Macorís, República Dominicana. Era hija de Estela Ortiz y Manuel Silvestre. La cantante se crió en Hato Mayor, donde siendo una niña sus padres se fueron a
residir.
Al momento de su deceso era funcionaria de la embajada dominicana en Cuba.