¡Bien por Usted, presidente Medina!
La decisión del presidente Danilo Medina de pedir al Senado la devolución del proyecto de Código de Familia merece ser saludada. Discriminatorio, violador de derechos, rezagado respecto a las tendencias mundiales en asuntos tan cardinales como el matrimonio precoz, el malhadado texto no debió llegar nunca a mano de los legisladores.
En un extenso y laudatorio artículo publicado en el matutino Listín Diario el pasado 25 de febrero, titulado "¿Para qué un Código de Familia?", la vicepresidenta Margarita Cedeño, cabeza de la comisión redactora, escribió: “Pero como decía mi abuela, siempre hay que cocinar para que quede bien o no cocine”. Resumía así tanto el “largo” proceso de redacción como su desbordante orgullo por los resultados.
El Código propuesto, lejos de ser “moderno y vanguardista”, conculca libertades, discrimina, excluye, vulnera principios.
Y tenía razón la abuela de la vicepresidenta: debemos hacer las cosas bien o no hacerlas, sobre todo si lo que se “cocina” regirá la vida de la totalidad –diversa, múltiple— de los dominicanos y dominicanas.
El Código propuesto, lejos de ser “moderno y vanguardista”, conculca libertades, discrimina, excluye, vulnera principios. Es tanta su vocación controladora y autoritaria que llega a la inhumanidad, como cuando prohíbe la reproducción asistida a la mujer soltera o manda a hurgar con particular empeño en la vida de los célibes que deseen adoptar.
Es contrario a la libertad constitucional de culto cuando establece en su Principio II como obligación del Estado (sí, obligación), crear las condiciones que favorezcan la vida “religiosa” de la familia.
Conspira contra el bienestar de los niños, niñas y adolescentes cuando fija en catorce años la edad del matrimonio, pese a que un organismo como el Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (UNICEF) libra una lucha indesmayable contra este tipo de legislación, y a que los datos de la realidad dominicana describen los efectos sociales devastadores de la nupcialidad precoz en la vida de las mujeres.
Y no son solo estos sus peligros, que los tiene por montones.
¡Bien por Usted, presidente Medina!, pero para la próxima, y en beneficio del respeto que merece, y le merece a su investidura, la pluralidad democrática, tómese su tiempo antes de comprometerse con propuestas de este tipo.
Por Margarita Cordero / Acento.com.do/.