DOMINGO ESPECIAL: Siete de cada 10 personas en RD padece de lagrimeo‏


La frecuencia de pacientes dominicanos con lagrimeo ha aumentado de manera alarmante en la última década, hasta situarse en una proporción de siete de cada diez personas en la consulta oftalmológica.


Especialistas de la Fundación Centro Láser y del hospital Doctor Elías Santana atribuyen el incremento de dicha patología ocular a la contaminación ambiental en áreas urbanas y al uso continuo de pantallas electrónicas, teléfonos “inteligentes”, tabletas, televisores, juegos de video, computadoras portátiles y de escritorio.

La doctora Antonina Paniagua, representante de ambas instituciones, revela que se ha hecho muy frecuente el lagrimeo en niños y adolescentes, dado que “fijan la mirada por largos períodos en las pantallas de teléfonos, juegos de video y tabletas, sin pestañear, lo que les provoca  una gran resequedad en la superficie ocular. Y esto antes no sucedía”.

Continuamente, los ojos producen lágrimas compuestas por grasa, moco y agua, que les ayudan a mantener húmeda su superficie y a eliminar partículas y cuerpos extraños. Dichas lágrimas salen de la estructura ocular a través de un pequeño agujero llamado conducto lagrimal. El  lagrimeo o epífora, explica Paniagua, es el exceso de lágrimas dentro de los ojos, por resequedad ocular, alergias, presencia de cuerpos extraños o por la incapacidad del sistema de drenaje para desviar las lágrimas por los conductos lagrimales hacia la nariz.

Lagrimeos en bebés
La especialista en cirugía plástica ocular y tumores en las estructuras del ojo, indica que cuando un bebé presenta lagrimeo y secreciones, la madre acude al pediatra y, si no ceden, el caso es referido al oftalmólogo. Los conductos lagrimales deben ser abiertos entre la tercera y la sexta semana, para permitir que las lágrimas pasen a la nariz.

 El tratamiento consiste en un masaje alrededor del párpado, hacia la esquina de la nariz. “Si persiste la obstrucción,  los niños son intervenidos en el primer año de vida, mediante una cirugía denominada sondaje. Y, cuando el sistema está obstruido totalmente, el cirujano oftalmológico le construye un nuevo paso a la vía lacrimal. Un diez por ciento de los niños necesita una segunda cirugía: el mismo sondaje, pero con intubación de la vía lagrimal. El tubo de silicona es retirado a los seis meses”, añade.

Cuándo acudir al oftalmólogo

Una persona con lagrimeo durante más de 15 ó 30 días, debe acudir al oftalmólogo y abstenerse de utilizar gotas indiscriminadamente. El lagrimeo es curable, a veces de forma simple y otras mediante una intervención quirúrgica con una duración de media hora en cada ojo, la cual es cubierta por el Sistema Dominicano de Seguridad Social. Paniagua advierte que una obstrucción lagrimal no tratada se infecta y puede degenerar en un absceso o en un lagrimeo permanente que, además de incómodo, arruga, inflama y lacera la delgada piel de los párpados.

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