La compleja y aparatosa urdimbre para asesinar a Ventura Simó‏

Miguel Guerrero/Especial para Acento.com.do



EN SANTO DOMINGO:   El escritor Miguel Guerrero declaró que es necesario rescatar del olvido la hazaña opositora del oficial Juan de Dios Ventura Simó contra la dictadura de Trujillo y la forma truculenta como fue utilizado y posteriormente torturado y asesinado por la dictadura en 1959.


Dice Guerrero en una carta remitida a Acento.com.do, que “al sacársele de la solitaria para encerrarle en el saco de henequén en que fue finalmente lanzado al mar, tenía un aspecto sobrecogedor, de un cadáver viviente. Su esposa Yolanda Garrido de Ventura, fue informada de su muerte el 9 de marzo, el día después de la fecha del cumpleaños de su marido, especulándose que en otro acto de crueldad típico de la Era, Trujillo esperó pacientemente por el aniversario de su nacimiento para hacer oficial la muerte del  piloto”.

A continuación la carta de Miguel Guerrero:

27 de diciembre de 2013.

Lic. Bienvenido Alvarez Vega

Director de Hoy.



Lic. Fausto Rosario Adames

Director de Acento.

Ciudad.



Muy apreciados y admirados amigos:

Apelo a su gentileza para recrear uno de los episodios más relevantes en la lucha contra la tiranía de Rafael Leonidas Trujillo. Me refiero al papel del capitán Juan de Dios Ventura Simó en los  acontecimientos que decidieron la suerte de esa sangrienta etapa de la vida dominicana, cuya importancia histórica no ha sido valorada a plenitud.

Las acciones militares contra los expedicionarios del 14 de junio de 1959 concluyeron menos de un mes después, el 11 de julio, con la caída del último grupo de expedicionarios al mando del comandante Delio Gómez Ochoa, de nacionalidad cubana.  Extenuados por las largas caminatas, la tenaz persecución, el frío y la escasez de alimentos, finalmente sucumbieron ante la embestida de un ejército superior en armas y hombres.

El caso de Ventura Simó merece un capítulo aparte. Fue apresado el 16 de junio, apenas dos días después del aterrizaje en el aeródromo militar de Constanza. Dormitaba recostado sobre un  árbol, en las proximidades de un bohío donde había ido a parar, exhausto, sediento y hambriento, en busca de alimento y agua, cuando fue encontrado por las tropas.

Ventura Simó no estaba físicamente preparado para las duras faenas de una guerra de guerrillas.

El general Juan Tomás Díaz, quien estaba al frente de las tropas que apresaron al oficial desertor, confiaría meses después a familiares de su esposa las circunstancias en que se produjo el apresamiento. Según me relatara la señora Yolanda Garrido, viuda del oficial y actual esposa del ingeniero Leandro Guzmán, mientras investigaba estos hechos para mi obra “Trujillo y los héroes de junio” (Editora Corripio, 1996), la patrulla encontró a Ventura Simó completamente agotado y con los pies tan hinchados que prácticamente habían roto sus botas.

A los familiares del desertor les llegó después la versión de que al conocer de su apresamiento, en medio de la euforia que le produjo, el general Ramfis Trujillo, hijo mayor del tirano, había exclamado que el ex oficial era un hombre “de muchos cojones”, lo cual había demostrado primero “ al atreverse a desertar”, segundo “ al venir en la expedición” y, tercero, “ al dejarse atrapar vivo”. El verdadero y macabro significado de esta última frase  quedaría explicado en el largo suplicio a que Ventura Simó sería sometido posteriormente.

El ex oficial había sido denunciado inicialmente como un traidor por los organismos oficiales de la tiranía. Luego se le atribuyó un papel de “doble agente” y en “premio” a su labor se le ascendió a teniente coronel, presentándosele como un héroe ante una reunión apresurada del cuerpo diplomático acreditado en Ciudad Trujillo, que era como se llamaba entonces la capital dominicana.

Era otra farsa para restarle crédito a la negativa publicidad que las expediciones estaban creando contra el régimen de Trujillo y confundir con ello a los dominicanos que en número creciente se informaban escuchando a escondidas las transmisiones radiales del exterior, cosa que estaba terminantemente prohibida por los servicios de seguridad.

Para consternación de las autoridades, un informe de una firma de Wall Street conocida como Rundt Market Report, estaba asombrosamente al día de estos acontecimientos y especulaba acerca de la suerte corrida por Ventura Simó. “En los últimos días”, relataba, “viajeros procedentes de Ciudad Trujillo alegan que, como culminación macabra, Ventura Simó había sido ejecutado como un enemigo del Estado, en la base aérea de San Isidro. Ayer se le exhibió vivo en la cama de un hospital. Ventura Simó había sido fotografiado, en forma engorrosa, estrechando manos con el embajador estadounidense y ex agente del FBI, Joseph S. Farland, de cuya foto el gobierno trató de lograr lo mejor”.

Luego de ser obligado a presentarse en la radiotelevisora oficial, confesándose como agente al servicio de Trujillo, fue sometido a fuertes torturas en San Isidro y finalmente asesinado tiempo después. Versiones posteriores indican que en su alocución televisiva estaba rodeado por dos verdugos y ex compañeros pilotos de la entonces Aviación Militar Dominicana, los coroneles César Báez y Octavio Balcácer (Tavito), quienes tenían instrucciones de dispararle en caso de que pretendiera salirse del texto. Estaba pálido y su mirada parecía perdida, lo que dio lugar a conjeturas posteriores de que había sido drogado.

Meses después, la Aviación Militar promocionó un espectáculo acrobático frente a las costas de la capital, con una escuadrilla de reactores Vampiros. Uno de los pilotos sería supuestamente Ventura Simó. Pero el prisionero no tomó parte en ninguna acrobacia. El puesto de piloto de su avión lo ocupaba otro oficial.

Un público enorme se congregó en la avenida George Washington, que bordea la costa, para presenciar la maniobra. La escuadrilla hizo un impresionante loop, una especie de círculo en el que los aviones suben a gran altura completando un giro de 360 grados, para luego descender vertiginosamente hasta situarse casi a ras de la superficie marina. Momentos después el público observó que sólo ascendían tres de los  aparatos.

El cuarto se ha estrellado, exclamó la muchedumbre. En realidad, finalizada la maniobra el avión faltante voló a ras de agua en dirección al sur hasta perderse en la lejanía, regresando a su base de San Isidro. El boletín oficial informó que Ventura Simó había muerto en el accidente. En verdad había sido asesinado en la base.

La versión del “accidente acrobático” fue obtenida de una entrevista que tuve con el general retirado Miguel Gabirondo, el 9 de junio de 1994, y confirmada por varios oficiales pilotos de la época. Gabirondo era en junio de 1959 segundo teniente piloto de helicópteros y en tal condición tomó parte en las acciones de contrainsurgencia trasladando expedicionarios tomados como prisioneros desde la cordillera hasta San Isidro.  Existen otras versiones acerca de las circunstancias en que fue asesinado Ventura Simó. Aunque el informe de Rund Market Report situaba su muerte a finales de junio, otras fuentes han ofrecido fechas que encajan mejor en el cotejo de los acontecimientos que siguieron a las expediciones de junio.

Ciertamente, su muerte fue el  punto central de toda una compleja y aparatosa urdimbre. Se ha podido establecer que tras ser sometido a bárbaras torturas, extrayéndole toda la dentadura  con un alicate a sangre fría, se le encerró en una solitaria. Habría estado en confinamiento durante nueve meses, probablemente hasta comienzos de marzo de 1960. En todo ese lapso se le suministraba solamente una jarra de agua y un pedazo de pan al día. A causa de ello se le caerían los cabellos y empequeñecería. Al sacársele de la solitaria para encerrarle en el saco de henequén en que fue finalmente lanzado al mar, tenía un aspecto sobrecogedor, de un cadáver viviente. Su esposa Yolanda Garrido de Ventura, fue informada de su muerte el 9 de marzo, el día después de la fecha del cumpleaños de su marido, especulándose que en otro acto de crueldad típico de la Era, Trujillo esperó pacientemente por el aniversario de su nacimiento para hacer oficial la muerte del  piloto.

Con sentimientos de la más alta estima, quedo de usted agradecido por su publicación, muy atentamente,

Miguel Guerrero

Aunque era militar de carrera, su especialidad era la de piloto, y debido a que tenía los pies planos, no estaba apto para largas caminatas o duras tareas de entrenamiento. Su permanencia previa en Cuba había sido muy breve y en vista de sus limitaciones físicas se le llegó a exonerar de los ejercicios a que estaban obligados los demás expedicionarios. Dada su incapacidad para adaptarse a las difíciles condiciones del terreno, muy pronto quedaría rezagado del resto de los combatientes y a merced de sus implacables perseguidores.
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