Qué tienen en común estos asesinatos‏


Por Beny Pichardo

El uso de las armas blancas o punzantes no ha sido establecido como una patología de los asesinos de gays, o entre ellos mismos.

Observando y leyendo, hemos encontrado los siguientes  asesinatos relacionado a homosexuales y precisamente todos con armas blancas.

El cadáver del cineasta Jean Luis Jorge, el 13 de marzo de 2000, encontrado apuñalado el cuello.


Con la misma saña, aunque con la agravante de que fueron 32 las heridas, el periodista Víctor Gulías.

Fue asesinado la noche del 28 de marzo de 2007, en su apartamento del residencial Ortega y Gasset.

En idénticas circunstancias, en la cabaña de un motel de la avenida George Washington, también fue asesinado Juan Miguel Bretón Mieses (Micky Bretón), productor del espacio de televisión “Relatos”.

El médico Jesús Díaz Almánzar fue encontrado degollado dentro de una cabaña de la autopista de San Isidro.

Estos crímenes son apenas algunos de los múltiples casos de la violencia entre parejas heterosexuales ocurridos en los últimos años.

William Cordero, gerente de Ventas del periódico El Nacional, fue muerto de cinco puñaladas en su residencia del sector El Millón, en el Distrito Nacional.

En cada caso las investigaciones policiales concluyeron, inalterablemente, un mismo patrón de conducta criminal y las mismas evidencias: víctimas homosexuales, armas cortantes o “blancas”
Evaluación psiquiátrica

Sin embargo, no todas estas evidencias son suficientes para que se establezca científicamente que exista una patología del crimen pasional y su vinculación con la homosexualidad.
 
Nelson Moreno Ceballos, ex presidente de la Asociación Dominicana de Psiquiatría y miembro de la Academia de Ciencias, sostiene que lo que sí se ha demostrado es que “el homosexual no sólo nace, sino que se hace”.
 
Y el caso del asesinato del cubano, periodistas y presentador de televisión Claudio Nasco, asesinado y encontrado su cuerpo en una cabaña con diversas heridas causadas según todos los medios autorizados con el uso de armas blancas también.
 
La agresividad entre esas parejas se da, también, cuando el “bugarrón” ataca a su víctima porque considera que el homosexual ha “violado” el acuerdo hecho previo a la relación-



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