Sin comida ni agua 83 haitianos esperan su traslado hacia Haiti
Faustino Reyes Díaz
EN NEYBA: La situación de las personas que esperan su traslado al vecino país de Haití, es deplorable debido a que las autoridades ni ningunas institución caritativa les están proporcionando alimentos ni agua para beber, mucho menos para bañarse.
Muchos de estos seres humanos, llevan tres días en el cuartel de la Policía Nacional en esta ciudad sin bañarse y los que lograron hacerse de un dinerito cuando buscaron refugio en los cuerpos armados del Estado han tenido que comérselo con los demás compañeros que no tienen nada.
Muchos de estos seres humanos, llevan tres días en el cuartel de la Policía Nacional en esta ciudad sin bañarse y los que lograron hacerse de un dinerito cuando buscaron refugio en los cuerpos armados del Estado han tenido que comérselo con los demás compañeros que no tienen nada.
Los nacionales haitianos, manifestaron el in teres a que los trasladen a la frontera argumentando que allí las autoridades haitianas tienen la posibilidad de socorrerlos económicamente para que no pasen hambre.
“No tenemos ni agua y para cepillarnos tenemos que comprar funditas. No tenemos sanitarios y hacemos pupú ahí en ese patio”, dijo el extranjero identificado Marcelo Macena, quien aguarda con sus hijos su traslado a su país.
Un oficial de la uniformada informó que el dia atrás personas que dijeron representar los derechos humanos visitaron a los haitianos y le dejaron algo de comer, tal y como hizo el Consul haitiano radicado en Barahona, Pierre Philippe Brunet.
Algunas personas, criticaron que las autoridades no hayan dispuesto la entrega de comida del Comedor Económico para la sostenibilidad de los nacionales haitianos que esperan su traslado a la vecina nación.
Ayer la uniformada tenía unos 36 haitianos, pero el número aumentó este martes a 83, o sea 34 niños, 32 mujeres y 17 hombres. Estas personas, manifestaron que no han sido presionados para que abandonen el país y que están desesperados porque los trasladen a su nación.
Algunos de eso trabajadores dejaron atrás sus pertenencias, incluyendo la siembra de habichuela, gandules y otros rubros para evitar cual tipo acción en su contra, en represalia por la muerte de los ancianos José Isaías Méndez Díaz y Luja Bocio Encarnación.
“A mi casa se metieron y se robaron las mercancía que vendo (ropas y zapatos) y un dinero de un san”, dijo la nacional haitiana reconocida con el nombre de Elena, residente en el Barrio Puerto Plata de Neyba.