El narco Pablo Escobar previó poco antes de morir la legalización de las drogas


EN BOGOTÁ (Colombia).- El narcotraficante Pablo Escobar, de cuya muerte se cumplirán 20 años este lunes, confesó antes de ser abatido por las fuerzas de seguridad que el Estado colombiano y el sector económico estaban totalmente penetrados por el narcotráfico en aquellos años, según una entrevista inédita hasta ahora.

Así lo reveló Escobar desde la clandestinidad en 1988 a la periodista Yolanda Ruiz, actual directora de Noticias RCN La Radio, medio que la divulgó hoy por primera vez en vísperas del 20 aniversario de la muerte del capo, el 2 de diciembre.


"Los dineros calientes están incluidos en todos los sectores económicos", relató entonces Escobar, al apuntar que "el Estado y el mismo Gobierno reciben ese dinero de impuestos de las personas que están sindicadas de comerciar con drogas ilegales".

El narcotraficante, que llegó a ser considerado por la revista Forbes como uno de los hombres más ricos del mundo, justificó que "todas estas personas que son sindicadas públicamente de pertenecer al narcotráfico son realmente las únicas personas que están invirtiendo en el país", al referirse a sí mismo.

    "El problema de la legalización o el problema de la represión en la lucha contra el narcotráfico no es tan importante (...), éste es un problema más de educación y de disciplina que de legalización o represión, yo digo disciplina porque todo lo que se hace en exceso es perjudicial para la salud".

Son "las únicas personas que están dando trabajo al pueblo de Colombia, mientras los demás sectores de la economía están sacando su dinero a cuentas en el extranjero", remarcó.

Escobar, jefe del cartel de Medellín, también dijo que las drogas ilícitas a futuro iban a tender "hacia la legalización".

"A mi se me acusa de narcotráfico, es una actividad que por el momento, históricamente, digámoslo así, se ha declarado ilegal (...), pero a la larga y a futuro se va a demostrar que tiende hacia la legalización", manifestó.

A su juicio, "el problema de la legalización o el problema de la represión en la lucha contra el narcotráfico no es tan importante (...), éste es un problema más de educación y de disciplina que de legalización o represión, yo digo disciplina porque todo lo que se hace en exceso es perjudicial para la salud".

"Es una realidad que están ahí, hay que reconocer que están ahí", insistió, para remarcar que "las drogas necesitan una clasificación porque no producen los mismos efectos en una persona el whisky que la cerveza o el vino, lo mismo sucede con las drogas".

El narcotraficante agregó que "siempre" estuvo dispuesto a dialogar: "históricamente lo hemos demostrado desde el año de 1984 cuando se le propuso al Gobierno Nacional un diálogo que habría evitado sinceramente mucho derramamiento de sangre", para apuntar que la falta de negociaciones fue "la causa principal de la violencia en el país".

"El diálogo no puede tener condiciones, el diálogo debe ser amplio e ilimitado", apuntó entonces.

Asimismo negó que él tuviera responsabilidad en las masacres que se producían de forma masiva en Antioquia, el departamento del que Medellín es capital y que fue su feudo.

"Soy ajeno a todas esas acusaciones que son tejidas por ciertos intereses que se han formado contra mi persona", remarcó, para insistir que no tenían "consistencia" ni "valor jurídico".

Por último, se calificó como "una persona respetuosa de las ideas ajenas", cuando la periodista le preguntó por sus supuestos vínculos con grupos ilegales que iban desde la guerrilla hasta los paramilitares.

Pablo Escobar concluyó la entrevista con una confesión personal: "yo tengo 38 años de edad, 28 años fui pobre y me transporté en buses, de esos últimos 10 años que restan cinco años he estado en la clandestinidad y los otros cinco años los dediqué todos los fines de semana al servicio del pueblo, yo (...) me considero feliz, siempre he estado contento, siempre he estado optimista".

La autora de la entrevista, Yolanda Ruiz, escribió hoy en un artículo publicado en el diario El Espectador que "la historia esperó 25 años para ser contada", al detallar que el encuentro con el hombre más buscado entonces se celebró "un día de agosto" de 1988 en una finca del capo en el departamento de Caldas.

El contacto fue a través de uno de los abogados del narcotraficante, también muerto, y hoy esta veterana periodista reconoció que nunca imaginó que ese trabajo, por decisión de sus superiores, quedara durante tantos años archivado en un cajón. EFE
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