PONERSE EN LOS ZAPATOS DE OTRO
“En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia, Proverbios 17:17”.
Por nabel Portes.-
Los seres humanos siempre pasamos por situaciones de dificultad y de verdad que a veces son tan complejas que es difícil explicarlas, los que ven de afuera siempre perciben que estas bien, no entienden lo que está pasando y tienden a hablar mal o a decir que le está pasando a este y suele ser una experiencia como la del zapato.
Por nabel Portes.-
Los seres humanos siempre pasamos por situaciones de dificultad y de verdad que a veces son tan complejas que es difícil explicarlas, los que ven de afuera siempre perciben que estas bien, no entienden lo que está pasando y tienden a hablar mal o a decir que le está pasando a este y suele ser una experiencia como la del zapato.
No vamos a tener una perspectiva de la vida mientras no aprendamos a entender y a ponernos en ocasiones en el zapato de la otra persona para saber lo que estos puedan estar padeciendo.
Esto se debe muchas veces a que las personas solo nos enfocamos en lo que nos pasa a nosotros mismos, y esto no nos dejará aprender, ni mucho menos experimentar en como podemos ponernos el zapato de otra persona y ayudarle.
Muchas veces actuamos sin percatarnos lo que sentirían los demás, decimos cosas que pueden doler, hacemos otras que tal vez logran ofender o destruir; y eso sucede porque lo hacemos sin antes ponernos en el lugar del otro, sin ponernos el zapato del que padece.
Si alguien necesita que lo escuches un instante, si te piden un consejo, si vas a dar una opinión, porque han depositado la confianza en ti, primero escucha y sobre todo ponte en su lugar antes de opinar y se que así a nadie vas herir y tendrá más valor eso que has de decir.
Todos cometemos errores, y aunque somos diferentes a los demás; poseemos algo que ante los ojos de Dios nos hace idénticos, y es que El al crearnos nos dio un corazón que siente, ríe, llora, experimenta emociones, nos hace vivir y ama. Por eso, en cada momento de tu vida, así como piensas en ti y das cada paso buscando lo mejor; recuerda que hay que amar a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como tu mismo te has de querer; lucha por tu felicidad y en esa búsqueda, ponte también en el lugar de los demás para que ellos a traves de ti puedan alcanzar su propia felicidad.
No somos los únicos en el mundo, compartimos este paraíso con muchos más, por ende ellos merecen lo mejor de nosotros.
Cuando aceptamos el acto de ponernos en el zapato de otra persona, reflejamos no tanto que tenemos a Cristo, se trata más bien de hacer cosas que traspasan los cielos y se manifiestan en la tierra.
¡Experimenta ponerte en el zapato del otro!
Dios te bendiga.
