Los Policías de Barahona, ¿son agentes del orden o del desorden?
Por: Ulises Alberto López Rodríguez
Como expresó el Maestro Ramón López Ynoa en una ocasión, “Si Callo, las Piedras Hablarán”, haciendo alusión a un caso de la EDESUR, hoy utilizo la frase para referirme al accionar de la Policía Nacional en la ciudad de Barahona.
Nunca pensé que el salir de mi hogar, se iba a convertir en una acción que tuviera que ser sometida a evaluaciones constantes, que tendría que analizar todas las variables que circundarían en la misma.
Llevo leyendo un gran tiempo los diarios noticiosos y casi siempre veo en la primera o en la segunda plana encabezados informando vinculaciones de agentes policiales
en acciones ilícitas, en diferentes partes del país.
En tiempos anteriores el temor de la población era la problemática de civiles que delinquían, hoy día hay que temerle a los civiles comunes y también a los denominados “Civiles Armados” (PN).
Basado en una concepción particular puedo expresar que muchos de los “agentes del orden”, han llegado a ser entes de altos niveles de peligrosidad; he observado el comportamiento de algunas de las patrullas policiales en esta ciudad, y puedo decir que la tendencia en el ejercicio del orden es la siguiente:
Realizan detenciones a ciudadanos, en sitios oscuros y en momentos donde no circula nadie más, con qué finalidad… no sé.
En los casos de los motoristas que no se detienen ante paradas sorpresivas, le disparan un perdigonazo, como he podido presenciar por las inmediaciones de la Ciudad Universitaria, sin saber si el individuo era estudiante u otra persona de la sociedad.
Si a los motoristas le detienen, le “soban” la escopeta muy próxima a la cara, como me sucedió en días pasados, entre otras acciones que son altamente deplorables.
El domingo 25 de agosto alrededor de las 9: 30 de la noche pude observar como dos automóviles se desplazaban a altas velocidades tocando bocina en el malecón de Barahona, uno detrás del otro, todo indicaba que se trataba de una persecución, y en efecto lo era.
De un momento a otro el automóvil de atrás le realizó un rebase totalmente temerario al de adelante y le obligó a detenerse con una frenada casi desastrosa.
Cuando me apersoné al lugar pude observar una discusión de los dos conductores, a los cuales reconocí inmediatamente, uno era médico, hijo de uno de los ginecólogos más destacados de esta ciudad, y el otro era teniente de la policía nacional con asiento aquí mismo.
Escuchando la discusión me di cuenta que el teniente había impactado el automóvil del joven médico y no se detuvo, mejor dicho huyó; el afectado le solicitó al teniente que le ayudara a reparar los daños de su vehículo, la respuesta que recibió fue “Qué pendejazo tú eres!”, inmediatamente el lugar se nubló de policías.
Al final de cuentas, el teniente pidió la detención del joven médico, el cual fue escoltado inmediatamente por 5 patrullas motorizadas de la policía, hacia la comandancia.
¡Qué bárbaros y abusadores son los policías!
¿En quién vamos a confiar?
Quiero que me alguien me explique, los policías de Barahona, ¿son agentes del orden o del desorden?
/Tomado de El Expreso del Sur/