“El Coronel no tiene quien le escriba”‏


 Por Edgar Heredia

El coronel no tiene quien le escriba de Gabriel García Márquez, es el relato de una perfección transparente y de un tono realista, que trata de un coronel combatiente que desde que termino la última guerra civil en Colombia, se acogió a la esperanza de recibir una promesa del gobierno; “una pensión”.

Su vida en medio de la indigencia domestica y la resignación, digno, del héroe que semana tras semana, durante 56 años no había hecho otra cosa que esperar todo los viernes una carta del gobierno en el correo, carta que nunca recibió.


El personaje principal de esta historia es el viejo héroe revolucionario que después de haber perdido las esperanzas del estado, las pone en un Gallo, herencia de su hijo acuchillado por ofrecer informaciones clandestinas.

La realidad se suma a la Republica Dominica donde el estado durante años ha querido combatir la delincuencia, el narcotráfico y el crimen organizado con policías y militares que devengan salarios de miserias; policías y militares que carecen de facilidades para su familia, atentados ante las prebendas del narco y el tráfico de influencia.

En la mayoría de los casos la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas es la última opción de los ciudadanos dominicano; todo aquel que no quiere estudiar, que no tenga un modo de sustento económico, o aquellos que les entregan mujeres porque las han embarazado, acuden a estos cuerpos castrenses parta salir del paso; en pocas palabras se insertan a las filas, no por vocación sino por necesidad aspirando a una pensión segura dentro de 24 años.

Por poner un ejemplo un teniente coronel del ejército u otra institución no académico en nuestro país, devenga un sueldo de unos 20 mil pesos y limpios; aparte de los descuentos, le queda aproximadamente 14 mil pesos, y para llegar a ese rango según el libro debe de esperar 30 años que en la mayoría de los casos cuando no hay influencia, en llave o padrinos políticos saben durar más de lo establecido en los lineamientos institucionales.

Lo lindo del caso es que desgraciadamente el narcotráfico le oferta a estos altos oficiales en una noche o en una hora la cantidad de dinero que en 30 años el estado no le facilita, dinero que muchos oficiales aceptan pensando en construir y tener una vivienda propia, ya que el estado no la facilita; enviar a sus hijos a buenos colegios, porque el estado no lo facilita entre otras cosas a las que se ven tentados estos oficiales.

La gente habla de Los Estados Unidos de Norteamérica; y es que en esta nación los que ingresan a las Fuerzas Armadas lo hacen por vocación, no por hambre y por pensión; en EE.UU los militares tienen garantizados viviendas, educación para sus hijos, salud y medicina para sus familiares pero sobre todo son caracterizados como héroes.


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