DOMINGO ESPECIAL: De cómo un "bin bin" se convirtió en un "peligro" para la seguridad nacional
Por Robert Vargas
/Fuente: ciudadoriental.com/
Ahora resulta que todos quieren conocer al hombre aquel que intentó mostrárle su binbin a la Vice Presidenta Margarita Cedeño de Fernández, solo que tendrán que esperar un poco de tiempo, al menos hasta que al individuo se le borren las marcas de la golpiza que le habrían dado los oficiales de la seguridad del Estado.
Por las redes sociales y medios de comunicación de Santiago ha corrido la información de que un hombre, de quien nadie da su nombre, se bajó la bragueta, sacó su binbin (pene) y habría intentado mostrarselo a Cedeño cuando esta asistía a una actividad en la Arena del Cibao.
-"¿Con esto es que vamos a arreglar este paìs?", habrìa gritado el individuo durante la inauguración de la Expo Cibao, según citan distintos medios.
La escena fue muy rápida, y, al parecer nadie alcanzó a grabarla, sobre todo por la celeridad con que los guardisa de seguridad agarraron al hombre con el binbin en la mano y se lo llevaron a toda prisa.
Cuentan los santiagueros que fueron tantos los golpes que le dieron al pobre hombre, que no será posible presentarle cargos ante un tribunal, en consecuencia, tendrá que ser liberado.
Cuando lo suelten, será necesario buscarlo para que de su versión de los hechos y explique si los celosos guardias de seguridad de Doña Margarita también le "machucaron" su binbin y el resto del material colgante.
Lo ciero es que, dada la gravedad de la situaciòn económica que afecta a la mayoría de los dominicanos, pocas cosas han ocurrido.
Al menos, este hombre usó, para protesar, lo que Dios le dio.
Será un binbin que pasará a la historia.
Por lo menos, este lo usa para protestar, no como los sacerdotes, que lo utilizan para violar niños.
Es posible que, de ahora en adelante, los guardias de seguridad estén atentos, no solo a detectar bombas y armas de fuego o cortante entre los asistentes a los actos oficiales para prevenir atentados, sino y sobre todo, a las acciones que todos los hombres allí presentes podrían hacer con sus respectivos binbin, a menos que les prohíban ingresar con ellos a los actos oficiales.