La Restauración: epopeya que devolvió independencia patria‏


Los dominicanos celebran este 16 de agosto el 150 aniversario de la más importante hazaña que le devolvió la Independencia conquistada el 27 de febrero de 1844, al quedar libre del yugo haitiano que los mantuvo oprimidos durante 22 años.

La guerra de restauración de la Independencia de la República, escenificada en el año 1863 es la fecha más significativa de los criollos, porque en ella se enarboló el entusiasmo de la libertad, que es lo más importante para el desarrollo de un país.


En las cruzadas participaron hombres como: Gregorio Luperón, Benito Monción, José Antonio (Pepillo) Salcedo, Pedro Antonio Pimentel, Santiago Rodríguez y José Cabrera, entre otros sobresalientes héroes, quienes rubricaron con sus hechos  la gesta histórica de la República Dominicana.

El 16 de agosto de 1863 está marcado como el inicio de la guerra que vendría a terminar en 1865, con la salida de las tropas españolas del territorio nacional, a quien Pedro Santana había entregado la nación para que se hiciera cargo.

Juan Bosch narra que La Restauración fue al mismo tiempo una guerra de liberación nacional y una guerra social, “en las cuales participaban a la vez hombres animados de poderosos sentimientos patrióticos y hombres de acción que van a los campos de batalla en busca de ascenso social, y en ocasiones, como pasó en la guerra de la Restauración, hombres en quienes se daban los dos estímulos, el patriótico y la necesidad de ascender socialmente [ ... ] un acontecimiento histórico extraordinario que no fue igualado en países de la América nuestra más ricos, más cultos, más poblados que la República Dominicana”.

La gesta, que comenzó en la frontera con la toma de Capotillo, se extendió rápidamente por todo el Cibao. Para el 22 de agosto, las fuerzas restauradoras ocuparon Guayubín, Dajabón, Montecristi y Sabaneta (municipio cabecera de lo que en la actualidad es la provincia Santiago Rodríguez).

El ayuntamiento y el cuartel de Puerto Plata cayeron en manos de los patriotas el 28 de ese mes y asimismo sucedió con las ciudades de La Vega, San Francisco de Macorís y Cotuí. El 30 de agosto, Moca pasó al control de los insurrectos y el 6 de septiembre, por órdenes de Gaspar Polanco, los restauradores incendiaron a Santiago.

Antes de terminar septiembre, las batallas alcanzaban todo el sur de la República y Gregorio Luperón detenía a las tropas comandadas por Pedro Santana, quien había levantado su campamento en Guanuma, poblado situado al norte de Villa Mella.

No se había cumplido un mes de haberse iniciado las operaciones, exactamente el 14 de septiembre, cuando se dejó formalmente constituido el Gobierno provisional, con sede en Santiago, presidido por José Antonio (Pepillo) Salcedo.

A partir de entonces, las fuerzas restauradoras avanzaron -en palabras de Juan Bosch- “como un torrente impetuoso que se llevaba por delante todo lo que se interponía”. La furia de la rebelión fue de tal naturaleza, que el 16 de agosto de 1864, esto es, al cumplirse un año de haberse iniciado las operaciones, el Gobierno español propuso comenzar negociaciones al Gobierno restaurador.

El 7 de enero de 1865 se presentó en el Congreso español un proyecto de ley que ordenaba el retiro de las tropas españolas del territorio nacional y meses después de ese mismo año se arrió la bandera de España y se izaba de nuevo en todo el país el pabellón tricolor.

La jornada histórica que se recuerda este 16 de agosto, tuvo sus antecedentes en el levantamiento de Moca, que encabezó José Contreras, el 2 de mayo de 1863, así como en la acción heroica de Francisco del Rosario Sánchez, quien junto a varios compañeros entró por Haití, penetró al territorio nacional por Juan Santiago, provincia de Elías Piña, siendo capturado y fusilado el 4 de julio de 1863.

Epopeya de carácter intrínsecamente social que permitió a hombres de orígenes humildes pasar a ser personajes históricos, hoy reconocidos por todos en el país. Ahí están, para testimoniarlo, Gaspar Polanco, Gregorio Luperón, Benito Monción, Pedro Antonio Pimentel, y otros más que con su valentía y ardor hicieron posible La Restauración de la República.
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