DOMINGO ESPECIAL
La niña de versos añejos
EN SAN CRISTÓBAL: Darihanna Mesa le teme a los fantasmas, aunque pareciera como si energías paranormales la dominaran cuando suelta las muñecas y escribe sin pausa versos con arrugas. Ella lleva la mitad de su vida cosechando literatura y solo 12 de existencia.
Considerada por poetas y cuentistas como la escritora más joven en República Dominicana, esta niña de constante sonrisa y depurada dicción lleva bajo su autoría cinco libros publicados, el más reciente "No puedo tocar el piano" (2013). Los otros son: "La niña de agua" (2008); "Mis versos se borran" (2009); "Darihanna Mesa Florentino: Escritora" (2010) y "Un sueño para contar" (2011).
El segundo día de marzo de este año publicó "No puedo tocar el piano" en la Libreria Cuesta de Sato Domingo. Con este libro piensa recaudar fondos para donarlos a una fundación que patrocina a otras escritoras jóvenes sin recursos.
Considerada por poetas y cuentistas como la escritora más joven en República Dominicana, esta niña de constante sonrisa y depurada dicción lleva bajo su autoría cinco libros publicados, el más reciente "No puedo tocar el piano" (2013). Los otros son: "La niña de agua" (2008); "Mis versos se borran" (2009); "Darihanna Mesa Florentino: Escritora" (2010) y "Un sueño para contar" (2011).
El segundo día de marzo de este año publicó "No puedo tocar el piano" en la Libreria Cuesta de Sato Domingo. Con este libro piensa recaudar fondos para donarlos a una fundación que patrocina a otras escritoras jóvenes sin recursos.
Al igual como sucede con el prodigio de dos años Bryan Comprés, el talento de Darihanna es el fruto de unos progenitores que, sin condicionar su orientación literaria, han moldeado su ecosistema intelectual con un método de enseñanza revolucionario.
Que a los cinco años ella soltara el libro de colorear y agarrara un pincel para crear su primera obra al óleo, fue un impulso artístico sin más ni más. Pero el marco toma más color cuando se conoce que su padre Ramón Mesa es pintor desde antes que su heredera naciera.
-En esta casa hay mucho más libros que ropa. Su madre es escritora desde muy joven y yo soy artista plástico; también escribo poemas y cuentos, aunque mi fuerte es la pintura-, precisa Ramón, acomodado delante de una obra elaborada cuando Darihanna apenas caminaba.
Ysabel Florentino comparte con su hija la pasión endémica por los versos. Ha ganado tres premios nacionales en narrativa y es presidenta de la Fundación Literaria Aníbal Montalvo. De hecho, ella fue la musa para que Darihanna escribiera su primer poema "Me haces soñar" y lo leyera en el Pabellón de Autores Dominicanos en la Feria Internacional del Libro 2007.
Cinco minutos de diálogo fueron suficientes para que notara el nivel educativo de Ysabel y su influencia en la formación de Darihanna. Cuando sorprendí a la pequeña en su residencia leía sobre la cultura taina en la Hispaniola. Quizás buscaba inspiración o simplemente estudiaba como cualquiera de su edad.
Y ya que hablamos de educación es justo resaltar que "la escritora más joven del país" ha sido merecedora de las más altas calificaciones en la escuela, siendo meritoria desde el tercer grado. Justo debajo de los reconocimientos de su abuelo brillan sendas medallas otorgadas a la menor por su desempeño académico.
Ramón e Ysabel se encargaron de alfabetizar a su hija con métodos no convencionales de enseñanza-aprendizaje. Al ras de utilizar libros infantiles, se aseguraban de leerle a trascendentales autores dominicanos como Juan Bosch, Franklin Mieses Burgos, Aida Cartajena Portalatín, Salomé Ureña, Domingo Moreno Jiménez, Pedro Mir y demás.
¿Quién es Darihanna Mesa Florentino?
Nació el primer día, del primer mes, del primer año del nuevo siglo (1-1-01). Coqueta y peculiar desde pequeña. Le encanta romper muñecas y unir morfemas. Con talento para pintar su realidad en cualquier soporte, incluyendo hojas secas como pasó en el 2009 en la Plaza de la Cultura.
-Soy una niña, o ya adolescente, que escribe cuentos, poemas, microrrelatos, entre otras cosas. Desde los seis años se despierta en mí una curiosidad por saber qué hay dentro de los libros más allá de dibujos... y comienzo a leerlos. Descubrí que me atraía más la literatura que la pintura. Me encantaba leer y descubrir otros mundos. Decidí la escritura y lectura para poder desarrollarme como persona y para cuando crezca poder hacer lo que quiera con capacidad-.
Como es regular entre escritores, no precisa el número de libros que ha leído. Sus padres consideran que su nivel literario está por encima de otros infantes de su edad, aunque ella nunca ha dejado de comportarse como una niña.
-Hay personas que creen como que yo no juego, pero siempre vivo jugando. Cuando me da la gana de leer un libro lo leo, pero me la paso jugando; siempre rompiendo las muñecas, por más bien que las trate, termino rompiéndolas-, cuenta Darihanna con un ápice de picardía en la mirada.
Su elocuencia está depurada: toma las pausas necesarias entre las palabras, la sílaba tónica en su discurso tiene cierta inclinación al español de la "madre patria", maneja con naturalidad los sinónimos y antónimos, sus ademanes son suaves, calculados, casi imperceptibles; aunque no recuerda de memoria ninguno de sus poemas, al declamarlos su figura cambia, como si los fantasmas a los que tanto les teme se apoderaran de su persona.
Mi soledad... Extraño caminar sobre las olas del mar / construir corazones de agua / extraño los versos que caminan por mi barrio / los extraño porque estoy sola / parada en medio de la calle / sólo veo la nostalgia sentada / no siento el viento soplar / ni tocar mi cuerpo / siento que mi soledad destruye mi barrio... Darihanna Mesa Florentino
Ella, la novel escritora sureña, todavía no tiene clara la profesión que estudiará en la universidad. No piensa dedicarse únicamente a la literatura porque asegura que nunca dejará de ser escritora y quiere expandir su horizonte intelectual.
Darihanna Mesa Florentino pulula entre muñecas y libros, entre matemáticas y música urbana, entre Bob Esponja y los recuerdos de su abuelo, entre amigos y momentos de soledad. Darihanna no puede tocar el piano, y ¡qué bueno!
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