Por La revisión del contrato del Ingenio Barahona y la afrenta en contra del desarrollo turístico de la región
Por: Joel Herasme
El Consorcio Azucarero Central –CAC– arrendatario del Ingenio Barahona, continuamente a lo largo de sus inicios como inquilino ha sido objeto de críticas y protestas por distintos casos que se han suscitado en las poblaciones que han entendido ser perjudicadas por acciones de la misma.
Contrato que hizo con el Estado Dominicano bajo el amparo de la ley 141 -97; la misma que en sus normas legislativas dio paso a uno de los más bochornosos capítulos de entrega servil del patrimonio nacional. Patrimonio que fuera este intencionalmente saqueado para justificar la ya cuestionada, injusta y abusiva ley.
Según algunos expertos los términos de negociación no le dejan real beneficio al Estado, por consiguiente al pueblo mismo, de casi todas las empresas (por no decir todas) que están en distintas partes de la geografía del país, y que en sus momentos de ‘‘gloria’’ fueron verdaderas fuentes de desarrollo de las comunidades; empuje de la urbanización de poblados enteros que cambiaron el panorama vivido hasta antes de la instalación de muchas de estas.
El Consorcio Azucarero Central –CAC– arrendatario del Ingenio Barahona, continuamente a lo largo de sus inicios como inquilino ha sido objeto de críticas y protestas por distintos casos que se han suscitado en las poblaciones que han entendido ser perjudicadas por acciones de la misma.
Contrato que hizo con el Estado Dominicano bajo el amparo de la ley 141 -97; la misma que en sus normas legislativas dio paso a uno de los más bochornosos capítulos de entrega servil del patrimonio nacional. Patrimonio que fuera este intencionalmente saqueado para justificar la ya cuestionada, injusta y abusiva ley.
Según algunos expertos los términos de negociación no le dejan real beneficio al Estado, por consiguiente al pueblo mismo, de casi todas las empresas (por no decir todas) que están en distintas partes de la geografía del país, y que en sus momentos de ‘‘gloria’’ fueron verdaderas fuentes de desarrollo de las comunidades; empuje de la urbanización de poblados enteros que cambiaron el panorama vivido hasta antes de la instalación de muchas de estas.
En el caso del Ingenio Barahona establecido desde 1918, hace 95 años, y que su historia previa a su construcción deja mucho que desear por la manera en que fueron obtenidas esas tierras por la entonces empresa norteamericana The Barahona Sugar Company, resultado de la invasión de 1916.
Hoy Barahona y la eternamente sufrida comunidad de Villa Central, poblado donde esta industria azucarera arrendataria de su ingenio concibe nueva vez la afrenta a sus habitantes que han hecho del llamado Parque Litoral María Montés el lugar ideal de esparcimiento y sana recreación, construyéndole una enorme pared en áreas donde se tenía entendido continuaría la ampliación del conocido Bulevar de Villa Central; obra que lo primero es que contrarresta con el panorama, quitándole la visión hacia todo el litoral y al mar –playa El Cayo-; además de estancar el auge del turismo que se vislumbra en el casco urbano y toda la geografía de la provincia y la región y que ha empezado a mostrar grandes avances por la nueva cara que ofrece el Parque Bulevar María Montés entre otros aspectos, por esfuerzos, la perseverancia e insistencia de hombres y mujeres de buena voluntad que nunca han dejado de creer en esta tierra bendita que los vio nacer y han luchado toda su vida desde dentro, quedando claros ejemplos vivos, profesionales de todas las áreas, etc.
El envanecimiento mostrado por esta empresa –CAC-, apoyada entre otras por una larga lista de medios de comunicación, algunos llamados comunicadores y empleados, desde emisoras, medios digitales, personalidades y políticos entre otros tantos más que han aferrado sus intereses a la compañía que hoy construye ese muro-pared, y que según dicen ‘‘colaboran’’ en su momento con las campañas electorales de candidatos; esta desatinada e injusta obra tiene que ser enfrentada inmediatamente por las autoridades correspondientes y que no estén comprometida en ningún orden con los arrendatarios –NO dueños- del Ingenio Barahona.
En algún momento sabremos las respuestas de las reales condiciones de contrato, de todo lo que causa como productora de muchos fenómenos sociales y medioambientales que repercuten en cada una de las comunidades donde se extienden los activos, bienes y terrenos de lo que antes fue total responsabilidad del Estado, hoy en manos de extranjeros.
El pueblo mismo personificado en las organizaciones comunitarias, entidades, asociaciones, grupos sociales, juveniles, y los hombres y mujeres comprometidos solo con el sano y real soporte de los buenos interés de Barahona y la región tiene desde ya de ponerse de frente a exigir el crecimiento turístico y humano con la lucha en contra de esa pared-burla, así también la revisión del contrato que pone en manos por 30 años de tan importante capitales del pueblo y del Estado.
Y quien sabe a lo mejor aquí en Barahona y en la región tenemos nuestro duplicado de la Barrick Gold en cuanto a lo leonino, inadmisible, injusto y dañino contrato en perjuicio de su gente y toda la región… Eso está por verse...