SOBERANIA E INTERES NACIONAL POR ENCIMA DE TODO
POR: LIC. JORGE A. ABREU EUSEBIO.
Somos un país libre e independiente con soberanía nacional propia y reconocida en el contexto internacional como Estado, garante de los derechos y comprometidos con nuestros deberes. Un Estado respetuoso del Estado de Derecho: pero, defensor del interés nacional por encima de todo y frente a todas las circunstancias.
El Forjador de Nuestra Independencia y Nacionalidad, el Ilustre Patricio Juan Pablo Duarte y Diez, manifestó: “La Nación está obligada a conservar y proteger por medio de leyes sabias y justas la libertad personal, civil e individual así como la propiedad y demás derechos legítimos de todos los individuos que la componen”; “Toda ley supone una autoridad de donde emana, y la causa eficiente y radical de ésta es, por derecho inherente, esencial al pueblo e imprescriptible de su soberanía”.
A los oligarcas todopoderosos sólo les interesan sus negocios, no importando el costo social y mucho menos las acciones estatales que propendan a la felicidad de las grandes mayorías, importándoles nada más el lucro y beneficio para engrosar sus arcas; el interés de la nación para ellos es letra muerta. Quieren seguridad jurídica sólo para sus beneficios. No es fortuito este pensamiento Duartiano: “Nunca me fue tan necesario como hoy el tener salud, corazón y juicio; hoy que hombres sin juicio y sin corazón conspiran contra la salud de la Patria”.
Revisar un contrato que sea oneroso para el Estado es un Derecho y un Deber de quienes ostentan los Poderes Ejecutivo y Legislativo. Respetar la seguridad jurídica es basarse en el Principio de la Equidad, pilar en el cual se sustenta el Derecho en General. Las relaciones internacionales se basan en este y otros principios, entre los cuales también está la autodeterminación de los pueblos y sobre todo el respeto a la Soberanía de cada Estado.
Quienes dirigen el Estado, tienen el deber y la responsabilidad de velar como celosos guardianes del patrimonio público y dictar las políticas que entienda para salvaguardarlo.
Como país tercermundista, subdesarrollado y colonizado, la norma y costumbre es que se nos tracen recetas, no importando cuan onerosas y lesivas sean para el bienestar nacional y a recibir migajas a cambio de entregar y enajenar el patrimonio nacional a cambio de nada, bajo el chantaje de retirar inversiones y donativos si no se cumple con los lineamientos coloniales e imperiales trazados al efecto. Romper con este esquema, es una decisión patriótica, responsable y plausible, que merece el apoyo irrestricto de todo el Pueblo Dominicano y de la comunidad internacional amante de la verdadera democracia y de la Equidad. En este contexto, Juan Pablo Duarte dijo: “El Gobierno debe mostrarse justo y enérgico…O no tendremos Patria y por consiguiente ni libertad ni independencia nacional”.
Lo acontecido ayer, al cumplirse el 169 Aniversario de Nuestra Independencia Nacional, el Excelentísimo Señor Presidente Constitucional Dominicano, Lic. Danilo Medina Sánchez, en la rendición de Cuentas frente a la Asamblea Nacional, puede ser considerada como Histórica, por la trascendencia de varios puntos tratados por él sobre el desempeño de sus labores como representante del Poder Ejecutivo; pero, sobre todo, en lo que respecta al Contrato del Estado Dominicano con la Barrick Pueblo Viejo, dando con sus aseveraciones fácticas muestras inequívocas de su vocación de servicios y del alto compromiso con la Nación Dominicana asumidos al jurar como Presidente Constitucional Dominicano el pasado 16 de Agosto del año 2012.
El Pueblo Dominicano, que es el dueño del Patrimonio Nacional, se siente honrado y apoya de manera mayoritaria esa decisión de revisar el Contrato con la Barrick, que resulta lesivo y altamente oneroso para el bienestar nacional, en el entendido de llegar a un diálogo donde prime el Principio de la Equidad.
