DOMINGO ESPECIAL
Historia de la medicina: Luis Eduardo Aybar, médico y patriota
Por: Herbert Stern
En los primeros años del siglo XX, estaba considerado como el mejor cirujano del país. La dedicación al estudio marcó su vida. Nació en Santo Domingo, en junio del 1881. Desde sus primeros estudios en el colegio San Luis Gonzaga mostró su decisión de llegar lejos en materia académica.
Debido a su origen humilde, se recibió de maestro y sus ingresos en el magisterio servían para ayudar a su familia y sufragar el costo de su formación.
Con sólo 23 años, recibe su título de licenciado en Medicina y Cirugía en el Instituto Profesional. Estudió durante cinco años en Francia, donde la Universidad de París le otorgó el título de Doctor en Medicina. Su tesis, dedicada al campo de la Urología, concitó tanto interés, que fue incluida en la “Gran Enciclopedia Francesa de Urología”.
Por: Herbert Stern
En los primeros años del siglo XX, estaba considerado como el mejor cirujano del país. La dedicación al estudio marcó su vida. Nació en Santo Domingo, en junio del 1881. Desde sus primeros estudios en el colegio San Luis Gonzaga mostró su decisión de llegar lejos en materia académica.
Debido a su origen humilde, se recibió de maestro y sus ingresos en el magisterio servían para ayudar a su familia y sufragar el costo de su formación.
Con sólo 23 años, recibe su título de licenciado en Medicina y Cirugía en el Instituto Profesional. Estudió durante cinco años en Francia, donde la Universidad de París le otorgó el título de Doctor en Medicina. Su tesis, dedicada al campo de la Urología, concitó tanto interés, que fue incluida en la “Gran Enciclopedia Francesa de Urología”.
Durante su formación profesional laboró como cirujano en tiempos de la primera guerra mundial, y asistió a importantes hospitales en Alemania. Su carrera profesional la desarrolló inicialmente en San Pedro de Macorís, en donde luego de ser reconocido como un gran cirujano, entra a formar parte de la Clínica San Antonio, una de las mejores del país en ese tiempo, en donde realiza más de 3,000 cirugías.
Se traslada a Santo Domingo, en donde abre su centro Clínica Mercedes, en enero del 1930, en una edificación preparada exclusivamente como centro clínico. El mejor cirujano del país de la época, inauguraba la mejor instalación quirúrgica. En septiembre de ese año, el ciclón San Zenón destruyó completamente la edificación, y en lo poco que quedó, de inmediato el doctor Aybar construyó una Clínica de Socorro, en donde se asistieron a cerca de 600 personas, con heridas y traumas de todas las magnitudes.
La habilidad quirúrgica del doctor Aybar se basaba en sus extensos conocimientos de anatomía y fisiología y en sus grandes dotes de clínico. Era legendaria su capacidad de análisis de un caso y su fino instinto clínico. Fue presidente de la Cruz Roja y de la Asociación Médica de Santo Domingo. Como profesor en la Universidad de Santo Domingo, sus cátedras eran famosas, y a ella acudían a deleitarse muchos alumnos en la patología médica.
Un texto que todos los médicos dominicanos deben leer es su discurso “La enseñanza de la Medicina” que pronunció en 1930, lleno de interesantes observaciones y con recomendaciones que en el siglo XXI estamos iniciando, como la autogestión del aprendizaje, y la inclusión de los estudiantes en el proceso de atención y cuidado de los pacientes.
En la época de la intervención norteamericana (1916-1924) fue presidente de la junta patriótica de San Pedro de Macorís, y miembro activo de comisiones en favor de terminar la ocupación militar. En 1934 un cuadro febril que se agravó con una hemorragia intestinal le llevó a la muerte. Fue asistido en ese trance por los doctores Heriberto Pieter y Heriberto Valdez.
El doctor Aybar publicó varios libros y escribió en revistas científicas relatando sus experiencias, y siempre se quejó de lo poco que escribían los médicos dominicanos.
En mayo del 1961 el Hospital William Morgan pasó a llamarse Luis Eduardo Aybar en reconocimiento a su vida dedicada al estudio, a su profesion, a sus pacientes, y a su buena disposición a colaborar en los momentos que la patria lo necesitó, pues no vaciló en ofrecer todo su entusiasmo. Es recomendable leer los escritos del doctor Aybar, llenos de enseñanza y sabiduría para todos los dominicanos, sobreto do los médicos y estudiantes de Medicina.
Educador
El doctor Luis Eduardo Aybar siempre se quejaba de lo poco que los médicos escribían, pues consideraba que era la mejor forma de dejar un legado de enseñanza y conocimientos”.