En frontera dominicana quedan pocos asentamientos criollos
Por Dayana Acosta / El Dia
La República Dominicana/ Haití.-La falta de oportunidad, vías de acceso, empleos y una mejor calidad de vida son los factores que obligan a los pobladores de la frontera dominicana a dejar sus secciones, parajes, municipios y provincias para emigrar en busca de un mejor porvenir.
La ausencia de gente joven, en edad productiva, es evidente.
En la sección de Macasías, municipio Comendador, en Elías Piña, solo se observa en sus alrededores personas de edad avanzada y niños que aún reciben la enseñanza básica.
Este, al igual que otros municipios que están en la frontera, presenta el mismo escenario.
La República Dominicana/ Haití.-La falta de oportunidad, vías de acceso, empleos y una mejor calidad de vida son los factores que obligan a los pobladores de la frontera dominicana a dejar sus secciones, parajes, municipios y provincias para emigrar en busca de un mejor porvenir.
La ausencia de gente joven, en edad productiva, es evidente.
En la sección de Macasías, municipio Comendador, en Elías Piña, solo se observa en sus alrededores personas de edad avanzada y niños que aún reciben la enseñanza básica.
Este, al igual que otros municipios que están en la frontera, presenta el mismo escenario.
Pese a que la frontera cuenta en muchas áreas con terrenos idóneos para los asentamientos criollos, muchos son los factores que provocan que de allí migren las personas.
Los espacios dejados por los dominicanos, con el paso del tiempo han sido ocupados por haitianos, que han formado una nueva generación, denominada los “Rayanos” o como popularmente le llaman “arrayanos”. Esto simplemente significa la mezcla de dominicanos y haitianos.
Construyendo un paraíso
Aunque tímido, las autoridades dominicanas iniciaron un proyecto en los diversos lugares de la línea fronteriza con Haití, con el cual buscan sustentar los nuevos asentamientos humanos y detener el éxodo. El mayor general Rafael Emilio de Luna Pichirilo, director de Desarrollo Fronterizo, narró que tienen un proyecto llamado Unidad Fronteriza de Producción, Agropecuaria, Piscícola y Forestal, con el cual buscan establecer asentamientos humanos sostenibles.
El primer modelo de este proyecto está en la sección de Macasías, para esto, dice el también ingeniero agrónomo, fueron ingresados a los cuerpos castrenses jóvenes del área. De ahí que ya tienen diez familias que proceden de Elías Piña.
Ya hay algunos formados en producción, otros son manejadores de conejos, criadores de peces, “y en eso estamos con ellos”.
En esa zona del territorio nacional solo existe un diez por ciento de familias dominicanas, el 60% restante es de procedencia haitiana, según levantamiento de la entidad, el 30 por ciento son “arrayanos”, Destacó que dominicanos per se solo quedan unos tres mil habitantes en Macasías.
De igual forma ocurre en la sección de Guaroa, municipio de Bánica, donde se hizo un censo que arrojó que el 92% de las familias son haitianas y solo un 8 por ciento es de criollos. Este es el segundo lugar donde ya instalaron el proyecto.
“Aquí es más baja la presencia de los dominicanos, estaríamos hablando de unas mil 700 personas” resaltó. Otra sección que pertenece a la misma provincia es Los Cacaos, que es el tercer proyecto.
Allí no habita un solo dominicano. Esta comunidad pertenece a Pedro Santana, en la carretera Internacional, en dirección sur-norte.
En todo lo que es la línea fronteriza, sobre todo en la zona rural, de las provincias de Pedernales, Jimaní y Elías Piña, la presencia de dominicanos está por debajo del 10%. Puso como ejemplo que el nivel académico para un niño, en el caso de la educación básica, llega hasta cuarto de la primaria.
Explicó que cuando los niños alcanzan este grado, especialmente las madres abandonan la zona para irse con sus vástagos al municipio cabecera o a otra área donde puedan seguir los estudios, situación que contribuye a que la familia se desintegre.
Unidades de impacto con un apoyo tímido
Cada Unidad Fronteriza de Producción tiene un costo de 34 millones 600 mil pesos, que corresponde a materiales, equipos, combustible y mano de obra.
Aunque el proyecto tiene como meta lograr un desarrollo sostenible en el tiempo, el apoyo económico ha sido tímido.
A pesar de esto, el mayor general De Luna Pichirilo dice en una forma muy optimista que siguen recibiendo apoyo del Gobierno, y el sector privado e internacional, como es el caso de Taiwán.Los espacios dejados por los dominicanos, con el paso del tiempo han sido ocupados por haitianos, que han formado una nueva generación, denominada los “Rayanos” o como popularmente le llaman “arrayanos”. Esto simplemente significa la mezcla de dominicanos y haitianos.
Construyendo un paraíso
Aunque tímido, las autoridades dominicanas iniciaron un proyecto en los diversos lugares de la línea fronteriza con Haití, con el cual buscan sustentar los nuevos asentamientos humanos y detener el éxodo. El mayor general Rafael Emilio de Luna Pichirilo, director de Desarrollo Fronterizo, narró que tienen un proyecto llamado Unidad Fronteriza de Producción, Agropecuaria, Piscícola y Forestal, con el cual buscan establecer asentamientos humanos sostenibles.
El primer modelo de este proyecto está en la sección de Macasías, para esto, dice el también ingeniero agrónomo, fueron ingresados a los cuerpos castrenses jóvenes del área. De ahí que ya tienen diez familias que proceden de Elías Piña.
Ya hay algunos formados en producción, otros son manejadores de conejos, criadores de peces, “y en eso estamos con ellos”.
En esa zona del territorio nacional solo existe un diez por ciento de familias dominicanas, el 60% restante es de procedencia haitiana, según levantamiento de la entidad, el 30 por ciento son “arrayanos”, Destacó que dominicanos per se solo quedan unos tres mil habitantes en Macasías.
De igual forma ocurre en la sección de Guaroa, municipio de Bánica, donde se hizo un censo que arrojó que el 92% de las familias son haitianas y solo un 8 por ciento es de criollos. Este es el segundo lugar donde ya instalaron el proyecto.
“Aquí es más baja la presencia de los dominicanos, estaríamos hablando de unas mil 700 personas” resaltó. Otra sección que pertenece a la misma provincia es Los Cacaos, que es el tercer proyecto.
Allí no habita un solo dominicano. Esta comunidad pertenece a Pedro Santana, en la carretera Internacional, en dirección sur-norte.
En todo lo que es la línea fronteriza, sobre todo en la zona rural, de las provincias de Pedernales, Jimaní y Elías Piña, la presencia de dominicanos está por debajo del 10%. Puso como ejemplo que el nivel académico para un niño, en el caso de la educación básica, llega hasta cuarto de la primaria.
Explicó que cuando los niños alcanzan este grado, especialmente las madres abandonan la zona para irse con sus vástagos al municipio cabecera o a otra área donde puedan seguir los estudios, situación que contribuye a que la familia se desintegre.
Unidades de impacto con un apoyo tímido
Cada Unidad Fronteriza de Producción tiene un costo de 34 millones 600 mil pesos, que corresponde a materiales, equipos, combustible y mano de obra.
Aunque el proyecto tiene como meta lograr un desarrollo sostenible en el tiempo, el apoyo económico ha sido tímido.
Las unidades están compuestas por diez viviendas, sistema de riego por micro aspersores, vivero de frutales, invernaderos, granja de chivos, ovejos, conejos y gallinas ponedoras.
En una primera etapa está contemplado construir en 18 lugares de las cinco provincias fronterizas que justamente son limítrofes con Haití.
Entre ellas Montecristi (Masacre), Dajabón (La Vigía, Don Miguel, La Peñita, Tamarindo y Boca Ratón), Pedernales (Banano y Los Arroyos), Independencia (Cacique Enriquillo, Las Lajas y El Aguacate), Elías Piña (Macasías, Guaroa, Los Cacaos, El Corte, Palmita, Los Algodones y Cañada Miguel).