DE LA FERIA AL CENTRO DE LOS HEROES‏


Por: Eduardo Díaz Franjul

Entre junio y septiembre de 1966 viví en la pensión de Doña Ofelia, ubicada en los frentes del Palacio Nacional. Allí conocí a su hijo, Ing. Hamlet Herman, su esposa Carmen Rita y sus tres pequeños. Hamlet y yo éramos fanáticos de la serie de televisión  "The Man from U.N.C.L.E", todos los lunes, en el comedor de la pensión. En aquella época él era profesor de la UASD y yo estudiante del Colegio Universitario. El fue protagonista de la lucha armada en República Dominicana, al igual que el cubano nacionalizado dominicano Delio Gómez Ochoa, para solo mencionar dos casos en particular. Ambos han expresado distintas opiniones relacionadas con el quehacer político en que vivimos, como se observa en los artículos de Oscar Medina y César Medina ("! Con todo honor, Comandante!". Listín Diario. 3/12/2012; y ¨!Que diferente fue aquella lucha, Hamlet!". Listín Diario. 3/1/2013).

En la lucha armada contra Trujillo podemos citar la expedición de 1949 por Luperón, en la que se destacó Horacio Julio Ornes, y la de 1959 (14 y 20 de junio) por Constanza, Maimón y Estero Hondo, donde Delio Gómez Ochoa fue pieza clave. En la lucha armada post-Trujillo, el alzamiento Las Manaclas (1963) contra el Triunvirato, en reacción al golpe de Estado contra el gobierno de Juan Bosch (o en defensa de la Constitución). Murió “en las escarpadas montañas de Quisqueya" el lider de esa guerrilla, Dr. Manuel A. Tavarez Justo, ideólogo del movimiento  que llevó por nombre 14 de Junio (1J4), en honor a la expedición de 1959.  Luego los acontecimientos que desencadenaron la guerra civil de abril de 1965 (denominada Revolución del 24 de Abril o Constitucionalista), en defensa de la Constitución de 1963 y/o vuelta al poder de Juan Bosch, donde se destacó el Coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó.


Finalmente el desembarco Playa Caracoles (1973), comandado por Caamaño, en su intento de derrocar al Presidente Joaquín Balaguer, acción en la que participó Hamlet Herman. En 1972 cuatro jóvenes del comando guerrillero Los Palmeros perdieron la vida en combate desigual contra el ejército dominicano, hecho posteriormente relacionado con Playa Caracoles. Tanto Delio Gómez Ochoa como Hamlet Herman, entre otros, sobrevivieron la lucha armada en tiranía y democracia. Después de ver el final de la Era de Trujillo en 1961, el resplandecer de una democracia de más de 50 años, la llegada del V Centenario del Descubrimiento, el nuevo siglo y el fin de la Era Maya, hay que dar gracias a Dios que ellos están vivos para decir lo que piensan, aunque sea de manera distinta, pero sin censura, amenaza o crimen, gracias a los avances de la democracia.
                                                                                                                                                                                                                                                                                 
Quisiera hacer un llamado a la Comisión Permanente de Efemérides Patria, las Asociaciones o Fundaciones Patrióticas, el Instituto Duartiano y la Academia Dominicana de la Historia, entre otras entidades y personalidades de prestigio. Debiera haber una especie de "Alta Corte Patriótica" (o cualquier otro nombre) con un código para seleccionar y diferenciar al Patriota, Héroe o Mártir, con o sin derecho al Panteón Nacional según sus méritos. Es una manera de elevar el "prestigio nacional y/o histórico" porque hay mucha confusión sobre patriotas, héroes y mártires, independientemente de la escena en que participaron.

Entiendo que fuera de ese ámbito o patrón ninguna institución, organismo o persona tendría el suficiente aval para otorgar el calificativo de PATRIOTA, HEROE O MARTIR. Esto le haría un gran favor a la historia. No olvidemos que los Padres de la Patria también fueron objeto de indiferencia e irrespeto en su antigua morada hasta que el gobierno de Joaquín Balaguer trasladó sus restos al nuevo y único altar, el Altar de la Patria. Por lo tanto sería prudente establecer criterios de selección para revisar los calificativos vigentes o en potencia. Da la sensación de que la República Dominicana es un país inundado de acontecimientos, históricos o no, donde al parecer todo el mundo es patriota, héroe o mártir. No basta con solo cambiar el nombre de Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre por el de Centro de los Héroes, hay que hacer algo más.

!Como decíamos ayer! (recordando a Fray Luis de León), los combatientes Ochoa y Herman tienen méritos más que suficientes para expresar libremente sus pensamientos, si es que no olvidamos que estamos en democracia. Realmente no hay necesidad de que nadie los defienda o critique, ni les dé consejos, ya que han marcado su territorio con el peso de sus pantalones, con gallardía y decoro, según sus creencias, ideales o causas, por cierto distintas en cuanto a lucha armada. Y así con otros que se han distinguido según el alcance de sus méritos y las circunstancias.

 El contenido de sus opiniones no debe ser motivo de discriminación, complacencia o repulsa que empañe sus trayectorias, gústele o no a unos u otros.  En sentido general, parecería que estamos ante una nueva crisis de libre expresión de acuerdo "al cristal con que se piensa", si se puede decir así. Antes hay que diferenciar lo que es historia, política, justicia y libre expresión del pensamiento, entre otras conquistas de la democracia. De no ser así nos queda entonces la "libre expresión del pensamiento del quehacer político" del que estamos acostumbrados, aunque catalogado también como "conquista" de la democracia.

En principio, la fiesta de Gómez Ochoa (la lucha armada) fue una invitación al pueblo dominicano con un "mensaje indio", y aunque nadie asistió fue motivo del nacimiento del movimiento 1J4 en 1960. Luego la fiesta del 30 de mayo de 1961 a la que asistieron pocos invitados,  para luego culminar con la gran fiesta popular "Navidad con Libertad" a la que "todos" fuimos invitados.

En la fiesta de Hamlet Herman (lucha armada) solo participaron nueve invitados, evento noble y particular que "terminó cuando se acabó", para emular la fraseología de Yogui Berra, catcher de los New York Yanquis (NYY) y miembro del Salón de la Fama. La fiesta que no se ha acabado, ni nunca se acabará, es la de la democracia, aunque "sujeta a cambios sin previo aviso" según el tiempo y las circunstancias. Por lo tanto, desaparecidos los fantasmas de los cerebros de Delio Gómez Ochoa y Hamlet Herman, sus luchas son ahora el libre albedrío de una perfecta o imperfecta democracia, según el cristal con que se mire, con diferentes escenarios y motivos como los que envuelven sus distintas opiniones hoy dia.

Obviamente, son dos cosas muy distintas el “quehacer político y el “Estado de derecho”. Aun así ambos son prerrogativa de una democracia dominicana “perfecta o imperfecta” dentro de un Estado de derecho “perfecto o pretendiendo serlo”, donde todavía el “quehacer político” es el común denominador de la historia, a falta de otros a tomar en cuenta, y donde suceden hechos que la ponen contra la pared. Tenemos una democracia adornada por los ideales de los Padres de la Patria, los colores de nuestra bandera y con el debido respeto a la Constitución y las leyes donde se desenvuelve el Estado de derecho “perfecto o pretendiendo serlo”.

Es una vía o mejor manera de “coquetear” o penetrar en los linderos de la esencia de la democracia identificada con el ideal patriótico que conquistó nuestra independencia en 1844. A partir de aquí puede que hayan existido muchos ideales o gobiernos con un deber patriótico circunstancial lo que hace de la democracia un deber patriótico por definir.

Existe una dispersión de valores o parámetros cuando se habla de Estado de derecho, democracia, democracia revolucionaria, social democracia, libertad de expresión  o una forma de gobernar donde luego todo se resume con la celebración de elecciones. Entonces las elecciones es donde se practica el ideal de una democracia “perfecta o pretendiendo serlo”.

Puede que pocos hayan experimentado un alto grado de ideal (y su puesta en práctica) y otros solo lo hayan concebido en su pecho. Muchos otros no lo han encontrado o nunca lo encontrarán. Pero puede que hayan miles maneras de contribuir con el engrandecimiento de la Patria de Duarte, Sánchez y Mella, siendo o no Héroe o Mártir, buen o “mal gobernante que supo gobernar”, como dijo Juan Bosch de Trujillo, o como simple ciudadano honesto y trabajador, respetuoso de las leyes. Hasta todavía “la libre expresión del quehacer político” puede jugar un rol estelar en todo esto.

Luis Eduardo Díaz Franjul - eduardofranjul@yahoo.com
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