PARADOJAS DE LA VIDA: profesora herida, en protesta por falta de agua en Barahona, cuando el líquido corre por las calles haciendo daño
Por: Alejandro Santana
La vida tiene sus cosas extrañas, inexplicables e inconsecuentes, mientras en las calles de Barahona el agua corre por las calles a causa de la crecida de tres ríos, una profesora, una revolucionaria, una militante de las causas nobles, es herida cuando en su sector se protestaba por la falta de agua potable.
Ángela Moquete, militante de la izquierda revolucionaria, muy activa en las luchas por las libertades durante los doce años del gobierno del doctor Joaquín Balaguer.
Una mujer de convicciones claras, que nunca se quedó en su casa cuando se originaban protestas a favor de la libertad y en repudio a los atropellos que cometían las fuerzas represivas del balaguerismo.
Una militante firme, decidida, involucrada en las acciones militares, de los comandos revolucionarios de la izquierda dominicana, cuando siendo joven, se colocaba al frente para encabezar las protestas.
Y aunque siempre las protestas en contra de la represión de Balaguer, fueron violentas y peligrosas, nunca recibió un rasguño, nunca fue a parar a las cárceles, donde muchos revolucionarios igual que ella fueron a parar.
Hoy jueves, como paradoja de la vida, resulta herida, frente a su vivienda, cuando en el sector, jóvenes protestaban por la falta de agua que no les llega desde el paso del huracán Sandy.
Moquete no participaba en esas protestas, sencillamente, se encontraba parada frente a su vivienda, mirando las protestas, quizás recordando sus años de militante revolucionaria, de guardia de la revolución.
Tal vez con el amargo en los labios, recordando las tantas luchas para lograr una vida mejor para todos, mejoría que no acaba de llegar, porque hoy se protesta por el derecho al agua.
La profesora, mi amiga, mi camarada, mi compañera de lucha la compañera de lucha de muchos de mi generación que estuvimos en las calles protestando, tratando de conquistar un mundo mejor.
Hoy, se encuentra en manos de la ciencia, herida, quizás por un alumno de ella, pues ha sido maestra de profesión desde siempre; ha formado a muchos jóvenes, precisamente de la misma generación que el que la hirió, inconsecuentemente en momentos en que en las calles de Villa Estela, su barrio, mi barrio se protestaba por agua.
El agua que está causando problemas en las calles de ese barrio y de otros barrios, el agua de ríos que han surgido por calles que siempre lo han hecho, pero que se asfaltaron por pretensiones políticas, sin encausarlas para que no hagan daño.
Esa misma agua que hace falta en las tuberías de las casas, esa agua que cada vez que se nubla en la ciudad, escasea porque el acueducto recién construido que costo tantos millones, no es capaz de mantenerla potable.
Paradojas, de la vida, nunca fue herida en el frente, y ya en sus años de retiro, es herida frente a su vivienda, cuando otros protestaban.
Hoy sus compañeros, sus camaradas, sus amigos sus colegas profesores, nos sentimos afligidos, unidos en oración aunque de forma silente a favor de la vida y la salud de la compañera Moquete, de la profesora Ángela, de la camarada valiente, de la mujer luchadora, por la cual rogamos a Dios para que le de la salud.