La Constitución... ¿Y..?
Por Ramón Colombo
La máxima aberración constitucional que en 168 años se ha mantenido
intacta son las ilimitadas atribuciones del Presidente de la República,
lo que consagra la inmortalidad de Concho Primo.
Esto sumado a la herencia ominosa de la impunidad y el irrespeto sistemático de los gobernantes a la institucionalidad de las leyes.
Esto sumado a la herencia ominosa de la impunidad y el irrespeto sistemático de los gobernantes a la institucionalidad de las leyes.
Con toda razón, ocho décadas atrás Américo Lugo y José Ramón López
dudaron de que esto fuera nación, pueblo de identidad definida y destino
soñado y un verdadero Estado con una Constitución libertaria con
justicia para todos.