El caso Cutá: Las glorias y las desdichas del ser humano
Por: Alejandro Santana
Llegar a la meta ¡cuesta!, y cuesta mucho el llegar, pero cuando estas arriba, el mantenerte, cuesta igual, el éxito hay que buscarlo a cualquier precio y hasta morir.
Dos estribillos de dos canciones famosas, que reflejan una gran verdad, porque romper las barreras, sentir que te humillan, pero siempre seguir, es grandioso.
Pero luego de alcanzar la gloria cuando estás en la cúspide, dejarte caer es triste, doloroso y las humillaciones que se tiene que sufrir son muy tristes.
Pero cuantos han llegado a la gloria, a la fama y esta lo ha emborrachado y hecho caer, es comprensible, pero las debilidades del ser humano, lo hacen caer.
Esas debilidades, hicieron caer al ex pelotero de grandes ligas, Pascual Pérez, Cutá, llego a la fama, llego a ser un bueno entre los buenos, Saboreo la gloria, estuvo en la cúspide, pero se dejó caer.
Y esa caída, debe servir de ejemplo a muchos de nosotros, fama, dinero, la gran ramera de la perdición de los famosos, del ser humano, las drogas, la que lanzó a lo más profundo del abismo a nuestro estelar Cutá.
La que ha tirado a muchos famosos, no solo a él, a grandes estrellas, a grandes ídolos de la músico, del deporte, porque cuando se está arriba las tentaciones son muchas y continuas.
Y son muchos los que han sucumbido, muchos que no tienen a Dios en sus corazones, que se olvidan de un ser divino que nos dio la oportunidad de llegar.
A quien dejamos de adorar y dar gracias, porque pasamos a adorar la perdición, los vicios, el alcohol, el juego, las drogas, la gran ramera de nuestras desgracias.
Ojala que muchos de nuestros famosos se vieran en el espejo de Cutá, porque bajar de la fama a lo más profundo de la perdición, es dejar de tener dignidad.
Y esta se pierde fácilmente cuando uno se zambulle en el marasmo de las drogas, de los vicios, hasta llegar a la indigencia, luego de haberlo tenido todo.
Es doloroso, pero la lección hay que aprenderla, los vacios del alma hay que llenarlo con cosas nobles, con la inspiración divina, buscando de Dios.
Y la lección hay que aprenderla, porque hay muchos Cutá, hay muchos que han sucumbido porque no tienen a Dios en sus corazones, no hay que hacer grandes esfuerzos, solo hay que ser sincero, cuando en nuestras vidas haya un gran vacío.
Pascual Pérez, Cutá, puede ser cualquiera de nosotros, puede ser nuestro hermano, nuestro hijo y hasta nosotros mismos.
El éxito es bueno alcanzarlo, a la gloria es bueno llegar, pero que esas vanidades no nos hagan segarnos, hasta creer que en las drogas ahí no está nuestra salvación, nuestra salvación esta en hacer las cosas que manda Dios, apartémonos de las drogas y digamos un padre nuestro por CUTÁ