Alfonso Perozo Guzmán‏



Por: Alberto García H.

Alfonso E. Perozo Guzmán, /Sónico/ que pasó su niñez en medio del bullicio de la Estación del tren de Las Lagunas, del Ferrocarril Central construido en 1897 por el gobierno de Lilis, debido a que su madre y su padre, Catalina Guzmán y José Luís Perozo Chirino, lo traían desde Palmar Abajo que fue donde él nació en 1895, desarrolló una inteligencia y una actitud de hombre que sobresalieron por lo que sus ideas y prácticas diarias, lo llevaron a ser uno de los hombres más auténticos de nuestra villa, hasta el grado que él contribuyó a que Las Lagunas de una simple aldea que era, pasara a ser, el poblado de mayor desarrollo de la Común de Santiago, en ese entonces.

Las ideas de Alfonso E. Perozo Guzmán fueron tan brillantes que por ellas fue considerado uno de los mejores oradores de aquí por su elocuencia; y por su soltura en la voz y sus gestos en las reuniones y las asambleas en que hablaba, mantenía expectante el auditorio con su facilidad de expresión y su cadencia rítmica en los discursos; y también por su porte exterior por lo bien que vestía; así como por su color broncíneo y sus ojos verdes expresivos que contrastaban con sus cejas negras y sus cabellos crespos que ondulaban en un ébano plateado que lo hacía parecerse una estatua antigua, por no decir una de las de Fidias, debido a su majestuosidad y grandilocuencia adquirida gracias a sus estudios de retórica y redacción con, José Vila Morel, en Santiago; y de oratoria con uno de los mejores tribuno de su época, el abogado y polemista, Críspulo C. Piña, oriundo de San Francisco de Macorís, quien fuera Juez Alcalde en Villa González.

Alfonso E. Perozo Guzmán hizo también cursos de oratoria en Puerta Plata, junto a José Bordas Valdez, y otros jóvenes de la novia del Atlántico; y en Venezuela y Cuba, ya que era un admirador de las ideas de Bolívar y de José Martí, las cuales puso en prácticas, ya que no creía en ningún imperialismo, fuera el Norteamericano, el Alemán, el Inglés, Español, Ruso o Francés…

No menos grande fue Alfonso E. Perozo Guzmán en las prácticas diarias ya que fue uno de los jóvenes que mejor bailaba el merengue en el Club de Recreo y las fiestas de la comunidad, y cuando bailaba con una de las muchachas, inmediatamente, les hacían un ron para observar el ritmo y cadencia que con la mayor soltura esparcía él junto a su pareja por todo el salón, saliendo discusiones que los participantes decían que el merengue, era, mejor de bailar y que daba más placer, que la música de violín o de Chopin, ya en que ese tiempo la oligarquía y las clases populares tenían sus contradicciones porque éstas últimas preferían el merengue, y la oligarquía la música clásica.

Sónico, también fue uno de los que firmó la solicitud en 1913 para que Las Lagunas pasara a llamarse: Villa González, en honor a Manuel de Jesús González por ser él, el que más contribuyó con el desarrollo de la agricultura, el comercio, la educación y la cultura; ya que además de comerciante y gran productor de tabaco, Manuelico, formó la Junta de Instrucción para dar clase de noche, el Club de

Recreo de Las Lagunas, Santiago, la Junta de Fomento y Ornato de Las Lagunas, en 1901, de la cual fue su primer vicepresidente, y varias veces, Presidente; también firmó Alfonso E. Perozo Guzmán la solicitud el 15 de marzo de 1913 para que Las Lagunas pasara a ser un Distrito Municipal, lográndose el 20 de enero de 1915 junto al cambio de nombre de Las Lagunas por el de Villa González; y el 28 de marzo de 1917 el Secretario del Distrito Municipal de Las Lagunas, Hermenegildo Núñez que presentó renuncia, al Presidente del
Ayuntamiento de Santiago, les sugirió a Alfonso E. Perozo Guzmán como su sustituto, así: “Ciudadano: Por su digno órgano presento formal renuncia del cargo de Secretario de esta Junta Municipal, el cual desempeñaba por solicitud que hice a ese Ilustre Concejo de su digna Presidencia. En la terna que figura en el acta de la Junta me permito recomendar para sustituirme al joven Alfonso E. Perozo. Es natural de este Distrito, propietario y puede disponer del tiempo suficiente para el trabajo de Secretario”.

Las ideas y prácticas democráticas de Alfonso E. Perozo Guzmán lo llevaron a enfrentar a los norteamericanos que pasaron por Villa González cuando venían de Puerto Plata para Santiago cuando la invasión de 1916, donde fue marcado por los mecanismos de espionajes de los gringos; pero Alfonso E. Perozo Guzmán siguió apoyando el movimiento nacional que propugnaba por la salida pura simple de los norteamericanos del país; y tampoco apoyó el gobierno de Horacio Vásquez; y al de Trujillo lo enfrentó con tesón y gallardía.

De un empleo que tenía en Banegas en una licorería de Armando Bermúdez, pasó a vivir a Santiago en 1930 como encargado de promoción de la Casa Bermúdez, debido a sus grandes dotes de comunicador y hombre de fácil acceso a las personas.

En Santiago, Alfonso E. Perozo Guzmán, junto a Fernando Bermúdez y en conexión a Rafael Estrella Ureña, desde la Logia Nuevo Mundo Núm. 5, organiza una célula con jóvenes de Santiago, San José de Las Matas y Villa González, para derrocar a Trujillo, por lo que en 1932, varios jóvenes de los que él orientaba, incluyendo, tres primos hermanos suyos, fueron muertos en San José de Las Matas, cuando esperaban a Trujillo para matarlo en una visita que haría a ese lugar. Por eso cuando los cuerpos represivos y de caliesajes de Trujillo supieron que Alfonso E. Perozo Guzmán era el que dirigía los jóvenes de la conspiración de San José de Las Matas, lo desaparecen en 1935; ensañándose Trujillo contra sus familiares, por lo que transcribo lo que está escrito en La Historia Mágica de Villa González… así:

“Alfonso E. Perozo Guzmán, fue desaparecido en 1935 por el régimen de Trujillo y curiosamente lo quisieron involucrar con que fue él quien inició la matanza de los haitianos en 1937. Fue el que mejor representó a los jóvenes de Villa González que se destacaron en La Batalla de Las Lagunas en 1913; y se destacaron también en 1916 cuando enfrentaron los norteamericanos que pasaron por nuestra villa cuando venían de Puerto Plata hacia Santiago. A Alfonso E. Perozo Guzmán lo desaparecieron cuando salía de la Logia Nuevo Mundo Núm. 5 de Santiago porque él estaba condenado a muerte desde que enfrentó a los norteamericanos en 1916. Alfonso E. Perozo Guzmán había perdido a tres primos hermanos en 1932 en San José de Las Matas y Pedregal, debido a que tenían planificado eliminar a Trujillo en una visita que éste iba a hacer a ese lugar; los primos hermanos que murieron fueron: César, Faustino y Andrés B. Perozo.

También en 1945 fue asesinado su hijo: José Luís Perozo Fermín con sólo 14 años de edad; y así como en 1959 en la invasión de ese año murió Mazú Perozo que era su sobrino; los hijos de Alfonso E. Perozo Guzmán nacieron de su matrimonio con Rosario Fermín Mera de aquí de Villa González quien era nieta de Sebastián Mera, y les sobrevive su hija Alfonsina Perozo Fermín que nació en 1926 en Palmar Abajo, Villa González, la cual reside en Santo Domingo, y el Dr. Alfonso Perozo Fermín, que reside en San Pedro de Macorís. El hijo menor, Agustín Perozo Fermín, falleció en 1999. Éste nunca conoció a su padre, Alfonso E. Perozo Guzmán, pues fue desaparecido en 1935 estando Agustín aún en el vientre de su madre. La madre de Alfonso E. Perozo Guzmán era Catalina Guzmán que nació en Las Lagunas; y casó con José Luís Perozo Chirino, venezolano”.

La versión de que Alfonso E. Perozo Guzmán, había sido el que inició la matanza de los haitianos la describe Bernardo Vega en el prólogo del libro: Los Perozo de Alfonsina Perozo: “Poco después de la matanza de los haitianos de octubre de 1937, Trujillo se inventó el expediente de que Perozo, junto con otros tres dominicanos, habían sido muertos por una patrulla del ejército y que habían sido ellos, y no el ejército, los responsables de la muerte de los haitianos. Así lo informaron a los gobiernos de Haití y los Estados Unidos quienes, por supuesto, no creyeron esa versión”.

El vacío que dejó la desaparición de Sónico en su hija Alfonsina, ella lo expresó a los 15 años en el poema: "¡Padre mío! ¿Dónde estás, padre mío? ¿Qué te llamo y no respondes? Dime, padre amado ¿Dónde sepultó tus restos aquel Tirano? Muchos años han pasado desde entonces, más por eso no he dejado de llamarte. Tu recuerdo está vivo en mi memoria, esperando que quizás en otra vida, pueda llamarte nuevamente. ¡Padre mío!" La falta de su padre hizo que Alfonsina no conociera las ideas y prácticas de Sónico, y eso se puede ver en su libro: Los Perozo.

¿De dónde les vinieron esas ideas y prácticas democráticas y antiimperialistas a Alfonso E. Perozo Guzmán? Primero, de su padre que era venezolano y abanderado de las ideas de Bolívar; segundo, Alfonso E. Perozo Guzmán se crió en un ambiente propicio desde que empezó la escuela primaria, en Las Lagunas, con el profesor Rafael Tabar de León, mejicano; y segundo, siguió con Rafael Tavares en 1904, quien lo puso en contacto con las ideas de José Martí y las más avanzadas de Europa, por lo que eso conjuntamente con el desarrollo material que se dio en esa época en Villa González, y la paz política que hubo en el gobierno de Ramón Cáceres; más el trabajo comunitario que realizó en el Club de Recreo de Las Lagunas, la Junta de Fomento y Ornato y la de Instrucción; eso, lo preparó para ser lo democrático que fue; y así enfrentar a los invasores en 1916 y a la oligarquía, como a la dictadura de Trujillo después.

Por la trayectoria de ideas y prácticas democráticas de Alfonso E. Perozo Guzmán, y por la añoranza de lo que fue Las Lagunas o Villa González, desde que se instaló la Estación del Ferrocarril Central en 1897 hasta la llegada de los invasores norteamericanos en el 1916, los villagonzalenses reclamaron después del asesinato de Trujillo en 1961, en las calles, que el Ayuntamiento de aquí les pusiera el nombre de: Alfonso E. Perozo Guzmán, a una de la calle de Villa González; así también exigieron, cambiar el nombre a la calle generalísimo Trujillo, por la actual: Manuel de Jesús González/ Manuelico/.

Ahora, al conocer la historia y vida de Sónico, el mejor tributo que los villagonzalenses y los dominicanos podemos tributar, a Alfonso E. Perozo Guzmán, es, tomar sus ideas y prácticas democráticas porque todavía son válidas para cambiar este estado de cosas vigentes en la sociedad dominicana.
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